Acaba de cumplirse el sexto aniversario del 1–O, el referéndum ilegal del que puso todo patas arriba. Puigdemont dio un mitin en la Plaza de Cataluña para conmemorarlo. Entró por video, porque sigue estando fugado en Bélgica para evitar rendir cuentas ante la justicia española. Pero si la amnistía que le ha pedido al presidente Sánchez a cambio de que su investidura saliera adelante, el año que viene podrá dar el mitin de cuerpo presente.
Viniendo a España conseguirá seguro un poco más de atención, menos es difícil. Según la Guardia Urbana, Puigdemont logró convocar para su plasma, atención, unas 4500 personas. No descartemos que hubiera más gente en Madrid que en Barcelona pendiente de lo que decía Puigdemont. Podrían haber puesto otra pantalla grande en Moncloa. La ANC hizo su propio acto y reunió unos pocos cientos.
Menos de 5.000 personas no son muchas para celebrar el aniversario del 1-O, pero suficientes para que no estén de acuerdo entre sí y hubiera altercados entre ellos. Entre los manifestantes se oían gritos de ‘traidores’, parece que venían de los que la amnistía les parece mala idea porque se les queda corta.
El independentismo está dividido. Y el sector más movilizado es el más radical, el que teme que la amnistía sea contraproducente para lograr la independencia porque termine de aletargar sus reivindicaciones. Para la ANC, la amnistía es una "trampa que busca blanquear al Estado español". Para tranquilizarlos, y sobre todo para meterse con Esquerra, Puigdemont dijo que no dejará que nadie pase página en su nombre.
Pero de lo que dijo Puigdemont es mucho más interesante lo que no dijo. A diferencia del president Aragonés, no vinculó referéndum a la amnistía, hizo como Sánchez y ni siquiera dijo la palabra. Tampoco mencionó las negociaciones para la investidura ni habló de autodeterminación. Eso no quiere decir que no la exija, sino que todavía no se han puesto de acuerdo con Moncloa en cómo llamarla.
Los de la ANC temen tanto a los expertos en sinónimos que, para recordar que solo les vale la independencia, ayer crearon el suyo propio: "Ni pacto histórico, ni 'mandanga' histórica", dijeron. Mandanga.
¿Moraleja?
Los indepes llaman a la amnistía mandanga y los que negocian la investidura se remangan.