LA PRIMERA DE LA MAÑANA

Marta García Aller: "Está habiendo tantas mujeres valientes que han desafiado la norma que el régimen no ha tenido más remedio que revisarla"

Marta García Aller reflexiona sobre que Irán ha suprimido la policía de la moral, fuerza que vigilaba la vestimenta de las personas y detenía sobre todo a las mujeres que no se cubrían de acuerdo con los códigos dictados por el sistema de la República Islámica.

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Marta García Aller

Madrid | 05.12.2022 07:27

Tres meses de protestas en las calles de Irán por la muerte Mahsa Amini, la chica que murió en custodia policial por no llevar bien tapada la cabeza a mediados de septiembre, no han sido en vano. Parece que Irán ha abolido la policía de la moralidad, la que lleva más de 40 años paseándose por las calles vigilando que las mujeres van bien tapaditas, a gusto del gobierno clerical.

El fiscal general iraní ha dicho además que las autoridades están revisando la ley que obliga a las mujeres a cubrirse el cuerpo con ropa larga y holgada y el cabello con hiyab y que emitirían una decisión en 15 días. En las calles de Teherán, cuentan las crónicas que cada vez es más frecuente ver mujeres en público con el cabello descubierto, que desde que empezaron las protestas cada vez sorprende menos. Qué fácil es acostumbrarse a la valentía ajena.

Está habiendo tantas mujeres valientes que han desafiado la norma que el régimen no ha tenido más remedio que revisarla, que es lo que se hace para no tener que reconocer que ya no son capaces de hacerla cumplir.

Han sido las mujeres, las mujeres jóvenes, las que se han jugado la vida en las calle coreando “mujer, vida y libertad”; las universitarias descubriéndose el cabello al grito de “al diablo la policía moral”, las que pueden conseguir que los ayatolás pongan fin a la policía moral que obligó a sus abuelas a cubrirse.

Si se confirma, la del hiyab será una victoria de los manifestantes, pero una victoria muy cara. Más de 10.000 iraníes, incluidos periodistas, activistas y estudiantes, aún se enfrentan a juicio. Al menos seis han sido condenados a muerte. Y Amnistía Internacional calcula han muerto 305 manifestantes, incluidos 41 menores.

Será una victoria, pero si para aquí será una victoria incompleta. Las protestas hace tiempo que ya no van solo contra la policía moral, sino contra el líder supremo. Los manifestantes protestan también contra la corrupción, la represión, la censura, y la mala gestión económica.

¿Moraleja?

Si desmantelar la policía moral es su respuesta, es que el régimen iraní no sabe calmar la protesta