Algunas informaciones hablan de 400. Otras de 500 y hasta de 750 personas. No está claro cuántas viajaban hacinadas en el barco que ayer naufragó en el Mar Jónico, pero sí que ha sido uno de los más trágicos del año. Porque cada año hay muchos, muchos naufragios en el Mediterráneo.
De momento han sido rescatadas un centenar de personas y no es probable que aparezcan con vida muchas más. ¿Pero cuántas más pueden haber muerto ahogadas? Las autoridades griegas dicen que es pronto para especular. Es pronto para especular y cada vez más tarde para el rescate. ¿Serán 300? ¿400? Que el margen de error de muertes se cuente por centenares da una idea de la dimensión de la tragedia.
El barco que se hundió ayer había salido de Libia y sus pasajeros, sus náufragos, eran sobre todo jóvenes de apenas 20 años que procedían de Egipto, Libia y Pakistán. Unos 72.000 refugiados y migrantes han llegado en lo que va de año a países europeos como Italia, España y Grecia.
Pero no sabemos cuántos han muerto por el camino. Ni siquiera sabemos cuántos barcos se han hundido. Hace un par de semanas supimos que una embarcación con 500 personas había desaparecido en el Mediterráneo, llevaba dos días a la deriva después de ser ignorada por las autoridades de Italia y Malta. Ignorada. A bordo viajaban al menos 56 niños y 45 mujeres. Una había dado a luz en el barco.
Y al saber de este nuevo naufragio me he acordado de lo que te contaba Anabel Montes, la responsable del barco de rescate Geo Barents, de Médicos Sin Fronteras, cuando la entrevistaste hace unas semanas. Después de una vida dedicada a rescatar gente que naufraga en estas embarcaciones, a los que se juegan la vida buscando una vida mejor, decía que lo más duro era saber que la Europa a la que se dirigen, esa Europa que tienen mitificada, en realidad no existe. Este lado de la orilla no es, no somos, como ellos creen.
¿Moraleja?
Cientos de personas han muerto al hundirse su embarcación y estremece que a estas tragedias les prestemos tan poca atención.