Pedro Sánchez ha pedido perdón. Casi mil rebajas de penas y 104 excarcelaciones de agresores sexuales después, Sánchez pide perdón. Pide perdón a las víctimas por los ‘efectos indeseados’ de la Ley del Sí es Sí.
Esa coletilla, la de los efectos indeseados, es un poco confusa. Es como un ‘cruci’ para no asumir la responsabilidad de lo sucedido. No es lo mismo lamentar que algo haya sucedido que hacerse responsable de ello. Y pedir disculpas por ‘los efectos indeseados’ es más bien lo primero que lo segundo. Como si pecas y pides perdón, no por el pecado, sino porque te han pillado. ¿O se está Sánchez haciendo responsable de lo sucedido?
No es lo mismo pedir disculpas por los efectos indeseados de una ley que por la incompetencia de no haberlos visto venir. De haber negado repetidamente desde el Gobierno que esos efectos fueran a producirse y de haber insultado a los que advirtieron que esas rebajas de penas iban a llegar. ¿Está el presidente pidiendo también perdón por esa incompetencia?
No es la única duda que me queda de ese perdón que le hemos escuchado por primera vez al presidente del Gobierno. No sé si el perdón, que verbalizó por primera vez esta semana en una entrevista a Colpisa, incluye también el perdón por la tardanza. Hace ocho meses que se aprobó la ley en el Congreso, hace medio año que empezaron las primeras rebajas de penas y hasta esta semana no ha llegado ni su disculpa ni la reforma de la ley.
El PSOE impulsa en solitario esta reforma y no tiene el apoyo de su socio de Gobierno. Si sale será porque cuenta con el PP, pero para quitarle hierro a esta contradicción el presidente insiste en que se trata “del punto de vista jurídico y técnico, no político”. Otra coletilla. Otro ‘cruci’.
Queda por tanto la duda de si este perdón no será un perdón técnico, en vez de uno político. Un perdón para intentar paliar otro de los efectos indeseados de esta ley, que es el de que el desgaste político de la Ley del Sí es Sí haya traspasado el Ministerio de Igualdad y también esté perjudicando al presidente en este año electoral.
¿Moraleja?
Cuando el perdón llega tan tarde, mejor no hacer mucho alarde.