LA PRIMERA DE LA MAÑANA

Marta García Aller: "Al convertir las ciudades en parques temáticos, los vecinos las veremos con prismáticos"

Marta García Aller reflexiona sobre la propuesta del cobro de entrada para acceder a la Plaza de España de Sevilla, y el desarrollo del turismo en España.

Marta García Aller

Madrid | 26.02.2024 08:08

Recordarás aquella historia de los dos hermanos que habitan una casona familiar, y cuando empiezan a oír ruidos, por precaución van cerrando puertas. “Han tomado la parte del fondo”, dice uno de los protagonistas de Casa Tomada. Y se limita a echar la llave antes de que sea demasiado tarde. “Tendremos que vivir en este lado”, dice resignado. Los hermanos no protestan ni se hacen preguntas al echar la llave de la puerta del pasillo. Unos desconocidos les van desposeyendo poco a poco de la que siempre había sido su casa y ellos se limitan a acomodarse en la parte que les va quedando.

Y a medida que el temor a la masificación turística crece en destinos desbordados por la demanda, nos pasa como a los hermanos en esta obra maestra de Julio Cortázar. Hay sitios a los que mejor vamos echando la llave. La última propuesta es para la Plaza de España de Sevilla. Mucho antes ya le pasó al parque Güell. Parques y plazas tomados por el turismo que al volverse intransitables, no se les ocurre otra cosa que cobrar entrada.

La idea es que, al menos, al cerrarse generen ingresos que ayuden al mantenimiento del monumento. Monumento que ya solo podrán disfrutar los que paguen. Disfrutar es un decir. Es lo que tiene la masificación. Los sevillanos se supone que podrán entrar gratis, pero muchas cosas no están claras aún. Como en ‘Casa Tomada’, el alcalde no ha hecho consultas antes de proponer el cierre.

Durante mucho tiempo en España se ha planteado que el turismo iba bien al peso, cuando se batía el récord de visitantes. Y poco a poco va quedando claro que mientras no se cambie el modelo, si siguen aumentando visitantes sin mejorar los ingresos (y, con ellos, la calidad de los empleos), también crece el rechazo de la ciudadanía al turismo. A medida que más plazas y calles del centro se vuelven intransitables, la gente se muda de allí. Tendremos que vivir en este lado.

¿Moraleja?

Al convertir las ciudades en parque temáticos, los vecinos las veremos con prismáticos.