LA PRIMERA DE LA MAÑANA

Marta García Aller: "El alto al fuego sigue sin llegar y en Gaza no hay dónde escapar"

Marta García Aller reflexiona sobre una historia, la de la niña gazatí Hind Rayab, que pone rostro al horror de la guerra en Gaza.

Marta García Aller

Madrid | 14.02.2024 08:07

A veces llega un nombre. Entre las decenas de miles de muertos en Palestina, a veces nos llega una voz, una historia. Una que le pone rostro al horror. Y esta semana fue Hind Rayab. Una niña de seis añitos que desapareció en Gaza en enero. Huía con sus tíos y sus primos cuando el coche en el que viajaba se encontró con unos tanques israelíes.

De Hind conocemos su voz porque hay grabaciones de la niña pidiendo ayuda por teléfono al servicio de emergencia mientras se oyen disparos de fondo. Era la única que había quedado con vida en el coche. Unos enfermeros de la Media Luna Roja Palestina encontraron el Kia negro en el que se encontraba Hind. El coche estaba acribillado. Todos muertos, también Hind, también dos enfermeros que acudieron en una ambulancia a buscarla.

Hind es una víctima más. Una de tantas. Pero es también un símbolo. Un símbolo de lo fácil que es mirar para otro lado hasta que no llega un nombre, una historia, una voz de una niña de seis años pidiendo ayuda.

Porque a las otras voces, a las de Netanyahu diciendo que va a lanzar un ataque a gran escala en Rafah y a la ONU diciendo que es imposible evacuar al millón y medio de personas que están allí, a esas nos hemos acostumbrado. Nos hemos acostumbrado a saber que el 80% de los habitantes de la Franja ya han tenido que dejar su hogar y además de sin agua, sin medicinas y sin comida se van quedando sin tener a dónde huir.

Entre tanto, siguen las conversaciones en El Cairo para detener los ataques israelíes en Gaza y liberar a los rehenes que mantiene secuestrados Hamas. Estados Unidos se opone a una invasión israelí de Rafah, Reino Unido recuerda que negar alimentos y agua a Gaza viola el derecho internacional y Borrell, que representa la diplomacia europea, alerta de que Netanyahu ya no escucha a nadie. Y a esto también nos hemos ido acostumbrando.

¿Moraleja?

El alto al fuego sigue sin llegar y en Gaza no hay dónde escapar.