No es una cuestión de efectividad ni de que le falta gol como se venía justificando en las derrotas del Barça, es que le falta de todo en todas las líneas, porque desde el portero que midiendo dos metros se traga balones por alto y le rematan de cabeza en el área pequeña con frecuencia, con la defensa totalmente deshilachada, Carvajal desquiciado, Marcelo desaparecido desde hace tiempo, Varane, Nacho, jugadores que se han convertido en un manojo de nervios, con un entrenador al que le dieron potestad para decidir todo lo que considerase oportuno y decidió borrar a Isco y a Marcelo, pero no se atrevió ya con Kroos, ni Varane, ni Casemiro, ni Carvajal, porque el equipo se le deshizo totalmente, y el Barça lo aplastó estas últimas dos semanas dejándole totalmente inutilizado con la autoestima anulada y la desconfianza acelerada.
Fin de temporada para el Real Madrid, que solo puede aspirar ya a salvar los muebles, es decir no bajar del tercer puesto, que en la situación desesperada que se encuentran, no va a ser fácil, y comenzar ya a construir un nuevo equipo con un nuevo entrenador. Ese club tiene que decidir muchas cosas sobre su futuro, y hacerlo con sensatez y tranquilidad, dos premisas que el fútbol no suele permitir, porque a grandes males te exige grandes remedios y al instante. Y al instante no se puede resolver la situación de ese equipo, que se ha vaciado de repente como si le hubiesen quitado el tapón del desagüe. Necesitan pensar, decidir y elegir un plan y un proyecto y construirlo, pero si la solución es Mourinho, creo que no es una solución, es una ocurrencia, y ya han tenido muchas, demasiadas. Y no parece que hayan sido muy acertadas.