en la brújula

El monólogo de las ocho: "No parece reparar Sánchez en que Aznar no fue asesinado por ETA de milagro"

El monólogo de Rafa Latorre en La Brújula con su reflexión sobre la posible respuesta de Israel a Irán y por la campaña de las elecciones vascas

Rafa Latorre

Madrid | 18.04.2024 20:24

Es probable que la respuesta de Israel se dirija contra instalaciones militares de Irán. ¿Cuándo? Es lo que ahora está discutiendo el gabinete de guerra israelí pero es prioritario mermar la capacidad destructiva de una Estado teocrático que ha jurado destruirles.

Lo que hoy ha anunciado Joe Biden es otra forma de bombardeo. Se trata de un bloqueo financiero de la industria de guerra de los ayatolás. Estados Unidos ha aprobado nuevas sanciones y embargos contra los fabricantes de drones y misiles. Y cuenta con el apoyo de la Unión Europea para que sea más eficaz.

De todas las infamia que se han dicho sobre el ataque iraní hay una especialmente cínica que llamaríamos la teoría Hipercor, según la cual Irán avisó al agredido y eso le libera de responsabilidad. Lo cierto es que nada garantizaba que el sistema de defensa israelí y la coalición de aliados demostrara semejante eficacia.

Al menos ha servido para que la comunidad internacional entendiera que urge frenar la construcción iraní de vehículos no tripulados con los que amenazar a Israel.

Hoy el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas va a cumplir con la rutina y Estados Unidos previsiblemente vetará la iniciativa de Argelia para la entrada de Palestina en la ONU, como un estado soberano y no como un mero observador. Entre los partidarios de la iniciativa se encuentra el ministro español José Manuel Albares que insiste en la necesidad de un reconocimiento general del Estado Palestino. Nueva York, Agustín Alcalá, buenas tardes

Por cierto que en la comparecencia en la que ha anunciado las sanciones a Irán, Joe Biden ha vuelto a cometer un desliz de esos que hacen las delicias de los late show americanos y de la campaña republicana

Es que le ha pedido a Netanyahu que no ataque la ciudad israelí de Haifa, cuando quería pedirle que no iniciara la ofensiva en el enclave palestino de Rafah. En cualquier caso, aunque lo hubiera dicho bien, no parece que el gobierno israelí le haría caso. Porque la inteligencia israelí considera que es en Rafah donde Hamas ha escondido a los rehenes. Quedan 133 secuestrados por liberar, no es posible precisar salvo por estimaciones muy pesimistas cuantos están vivos.

Pedro Sánchez está tan preocupado por lo dicen sus socios de Bildu que ni se le ocurre prescindir de ellos en su bloque de gobierno. Esto lo ha confirmado él mismo en Bruselas un poco antes de soltar esta estudiadísima reprimenda donde no hay dudado en incluir a José María Aznar. No parece reparar Sánchez en que Aznar no fue asesinado por ETA de milagro. Bueno, de milagro gracias al blindaje de su coche, del grosor de una camara acorazada, que evitó que una bomba lo volara en mil pedazos.

Sánchez mismo se ha sumado con esta declaración a la coreografía del PSOE. Que no responde al escrúpulo moral sino al vértigo electoral. Ya no se pueden publicar encuestas pero se siguen haciendo y, perdonen por no ser más explícito, pero lo que indican es que el blanqueamiento de Bildu ha sido todo un éxito.

Ahora que hablar de ETA ha dejado de ser el último refugio de los fachas y el recurso de lo que no tienen otro recurso, hasta la prensa afín la lleva a sus titulares de portada. La coreografía tiene al

menos la virtud de recordar cuál es la concepción que Bildu tiene de la historia reciente del País Vasco y por tanto de la democracia española. Hoy el candidato de Bildu ha querido reconducir la situación y se ha ido a Telebilbao y a Radio Euskadi. Allí Pello Ochandiano ha optado por un género especialmente miserable, que es el de la disculpita. La disculpita se distingue porque va en condicional y porque no asume que se haya hecho nada malo sino que alguien se lo ha podido tomar mal.

La disculpita tiene la tensión moral de la plastilina, porque fíjense que todo depende de como se lo pueden haber tomado las víctimas y por tanto la responsabilidad de Ochandiano es ninguna.

En realidad no hay por qué disculparse cuando uno dice lo que piensa. Y lo cierto es que Ochandiano no piensa distinto de otros dirigentes de Bildu. No piensa distinto de aquellos con los que el Gobierno corrige la ley de memoria democrática o a los que el PSOE cede la alcaldía de Pamplona. Cómo va a condenar a ETA si forma parte del currículo de muchos de ellos. Es su biografía. Condenar a ETA es condenarse a sí mismos.

Si algo malo opinaran de ETA no estarían allí.

Pero todo esto es sabido. No era un misterio celosamente guardado por Bildu. Nadie es profano en los circunloquios de Bildu sobre ETA. El problema de toda esta polémica ni siquiera es que es verdad que responde a una lógica electoral. Porque hasta que enfilamos la recta final de la campaña, hablar de ETA era un resabio fachoso para dañar al PSOE por sus acuerdos con Bildu.

Esto se lo ha explicado hoy el candidato del PP Javier de Andrés a Carlos Alsina en Más de Uno.