EN LA BRÚJULA

El monólogo de las ocho: "Lo más grave de la cruzada que ha emprendido Pedro Sánchez es que no hay nada concreto en sus planes"

El monólogo de Rafa Latorre en el que reflexiona sobre los actos políticos del 2 de mayo y la carta de Pedro Sánchez a la militancia.

Rafa Latorre

Madrid | 02.05.2024 20:51

No ha sido el 2 de mayo más conflictivo que se ha vivido desde 1808. En la Puerta del Sol, Isabel Díaz Ayuso ha protagonizado un acto de puro presidencialismo, con una escenografía tan excesiva como habitualmente, en el que ha pasado revista a las tropas y toda esta parafernalia… pero luego el discurso ha sido más bien discreto e institucional. Más reivindicativo que combativo.

El que sí ha aprovechado para hablar de lo suyo es Pedro Sánchez y no sé si era la ocasión propicia porque lo ha hecho en una carta en la que venía a celebrar, o eso parecía el aniversario de la reunión clandestina que dio origen al PSOE.

Ya hay socialistas que se quejan del personalismo en el que está sumido el partido. No son voces espectrales que se escuchan en las sesiones de espiritismo de la fachosfera, sino declaraciones que se deslizan en la prensa amiga, en la prensa más afecta, que es la que duele de verdad.

El PSOE ha querido conmemorar su casi siglo y medio de historia, desde que 25 hombres se reunieran en Casa Labra para fundar un partido que defendiera los intereses de los trabajadores.

Ahí sigue Casa Labra. Sirviendo sus buñuelos de bacalaos y sus soldaditos de Pavía. Hoy se han acercado por allí dirigentes socialistas y muchos reporteros para hacer la nota de color. Pedro Sánchez está de campaña en Cataluña y ha decidido dirigirse a los militantes en una epístola en la que ha terminado hablando de sí.

Es verdad, últimamente parece que el PSOE se reduce a Pedro Sánchez y prueba de ello es que 145 años de historia terminan resumidas en sus cuitas personales con la prensa.

Destacan dos párrafos: «la máquina del fango, alentada por la derecha y la ultraderecha, junto a páginas web y asociaciones ultraderechistas que fabrican bulos y mentiras, bulos que a continuación se propagan en tertulias y en las tribunas para después judicializar falsas denuncias, deteriorando gravemente nuestra democracia y nuestra convivencia", argumenta el jefe del Ejecutivo en su misiva. "Estos días hemos comprendido que defender la democracia no consiste únicamente en acudir a votar cada cuatro años. Debemos defender nuestra democracia todos los días, rechazando a aquellos que convierten la política en un barrizal de insultos y falsedades", agrega.

Creo que se aprecia bien cuál es la estrategia. No es promover una determinada regulación de los medios, ni siquiera es señalar a este o a ese periodista. Para eso ya tiene una infantería bien adiestrada. La que pretende es promover la incredulidad. Porque eso es lo que permite eludir una respuesta sobre las informaciones comprometedoras y veraces.

Sí, claro, hay gente que defiende que la tierra es plana, que bebiendo lejía te curas del Covid o que Feijóo quiere a las mujeres en la cocina con la pata quebrada. Pero las informaciones de El Confidencial sobre las relaciones de Begoña Gómez con sus patrocinadores no forman parte de esa categoría alucinada. Jamás han sido desmentidas y como no puede desmentirlas, él solo quiere desacreditarlas.

Hoy ha respondido la FAPE, que es la Federación de Asociaciones de Periodistas Españoles. Lo ha hecho con la Declaración de Talavera de la Reina. Que es un nombre algo solemne para una declaración cuyas conclusiones son bastante sencillas, porque no puede ser de otra manera. Porque no hay nada concreto en los planes expresados por Pedro Sánchez y eso es quizás lo más grave de esta cruzada que ha emprendido Pedro Sánchez.

Que habla de ‘digitales’ como si Internet fuera un pozo hediondo, una especie de suburbio de las bajas pasiones y no el canal de difusión que hoy utilizan todas las cabeceras del mundo. Habla de bulos como si los gobiernos no fueran los responsables de poner en circulación las mentiras más procaces. Y en concreto su gobierno.

La FAPE se limita a pedir que cesen los ataques a la prensa y luego tiene una serie de consideraciones gremiales. Por ejemplo.

Parafernalia, la misma. Ambiente bien distinto. No ha habido un choque institucional esta vez en la Puerta del Sol. Ni ministros saltándose el cordón, ni jefas de protocolo al cruce. Fíjense que lo que destacan las crónicas de color como único conflicto ha sido un conflicto de vestuario. Cuenta el gran cronista Daniel Ramírez en El Español que la diputada Noelía Núñez, vicesecretaria del PP, apareció en la Puerta del Sol vestida igual que la presidenta. Fue rápidamente interceptada y llevada a un despacho, donde se le prestó otro vestido, propiedad de la secretaria de Miguel Ángel Rodríguez.

Ya ven que el ambiente ha sido bastante más relajado que en la pasada edición de la fiesta. También los discursos políticos.

La presidenta de la Comunidad de Madrid ha entregado las cruces del 2 de mayo a notables madrileños de nacimiento o de adopción. Como los compañeros de Onda Cero, que son orgullo de esta casa, Antonio Casado y Pilar Cernuda. Hoy justamente reconocido como miembros del grupo Crónica, de grandísimos profesionales del periodismo y de la comunicación.

Sólo algo más. Presten atención a lo que está ocurriendo en Estados Unidos, porque puede ser tan determinante para las próximas presidenciales como el proceso judicial al que se enfrenta Donald Trump.

Los campus universitarios están viviendo un levantamiento estudiantes, con masivas protestas antiisraelíes. Ya hay más de 1600 detenidos y ha sido necesaria la intervención policial para desmantelar los campamentos que recuerdan a aquel Occupy Wall Street.

Joe Biden se enfrenta a un duro desafío. Probablemente esta sea la última generación para la que el apoyo a Israel sea una cuestión bipartidista. Porque en el partido demócrata hay una creciente corriente antiisraelí, que en realidad Biden se dedica a contener.

El partido republicano ya es un partido roto y de imposible recomposición pero puede que el partido demócrata esté viendo crecer a su izquierda una fuerza que desafíe la unidad.