Lo novedoso de hoy es el desparpajo. Hoy se ha celebrado de forma oficial el Consejo de Ministros y ha presentado sus acuerdos. Pero, en como el Consejo de Ministros se celebra en realidad cada domingo en un polideportivo de cualquier provincia donde esté Pedro Sánchez haciendo campaña por el PSOE, pues no hay demasiado que contar. Porque de lo que hoy se ha presentado en el Consejo de Ministros formal ya les informamos cuando se celebró el Consejo de Ministros real, que es aquel que se celebra sin ministros y en una acto de campaña aunque aún no haya comenzado la campaña. Me hago cargo del lío, pero es que la política española no es fácil. El Consejo de Ministros sin ministros de este fin de semana se celebró en Tenerife y allí Pedro Sánchez anunció una línea de crédito oficial para la compra de la primera vivienda.
Lo que hoy dijera la portavoz del Gobierno Isabel Rodríguez carecía de interés excepto por dos circunstancias, ambas emparentadas con el morbo. Porque era el primer Consejo de Ministros tras la amonestación de la Junta Electoral Central y porque todos los ministros no socialistas, de Podemos y Sumar, habían expresado su oposición tajante a una medida que a su juicio solo infla una burbuja inmobiliaria y encima ha sido plagiada al PP. Nada de esto es novedoso, lo novedoso de hoy es el desparpajo con el que Patxi López, portavoz parlamentario, reconoce que esta y otras medidas son un cañón electoral..
Patxi López está reconociendo, que efectivamente el Gobierno está haciendo uso de la artillería ejecutiva de que dispone como cañón electoral y el problema es que el PSOE es el único que puede hacerlo porque ni siquiera Podemos dispone de tal prerrogativa. Ósea que eso da una ventaja verdaderamente inaceptable a los socialistas sobre el resto de los contendientes. Disparar esa artillería electoral sin que siquiera haya comenzado la campaña es grave, pero es que encima presumen de ello. De manera que es normal es que sus propios socios estén hoy de uñas porque encima les hacen aprobar medidas de la campaña socialista que ellos ni siquiera comparten. Ni ellos ni sus socios.
Y si sus socios no quieren esta medida del crédito a la vivienda que le han plagiado al PP, ¿con quién la va a aprobar Sánchez? ¿Con el PP? No. Es muy sencillo. Ni siquiera se va a votar en el Congreso. Lo que se ha autorizado hoy es mandatar al ministerio de Transportes a firmar un convenio específico para este asunto de la primera vivienda con el ICO. Esto se puede resumir con una fórmula que hizo célebre el propio Pedro Sánchez. ¿De quién depende el ICO? Pues eso. Lo que no va a poder utilizar el tripartito Gobierno, ni Sánchez, ni Yolanda Díaz, ni Podemos, en su beneficio electoral es la fotografía del acuerdo para la subida de salarios porque ni la patronal ni los sindicatos se lo van a permitir. Ha sido muy interesante escuchar hoy juntos en Más de Uno con Carlos Alsina al presidente de la patronal CEOE, Antonio Garamendi, y al secretario general de la UGT Pepe Álvarez. Con sus discrepancias, ambos se han felicitado por el pacto y reiteran que es un avance que corresponde atribuírselo únicamente a los agentes sociales, por más que el Gobierno, hoy también tras el Consejo de Ministros, haga lo imposible por adjudicárselo.
Es verdad que no es lo más fácil organizar unos fastos por el día de la victoria contra los nazis cuando ahora es el ruso el ejército ocupante de una guerra imperialista. Hoy la prensa internacional coincide en describir como sombrío el ambiente en esta celebración. Había más policías que curiosos y toda en un clima de paranoia de cierto derrotismo. Hace solo unos días, el jefe de los siniestros mercenarios de Wagner, PRYGOZHYN, se grababa en un vídeo, rodeado de cadáveres e insultando a gritos al Estado Mayor del Kremlin por la falta de municiones de sus hombres que combaten en Ucrania. ¿El discurso de Putin? El mismo desde que comenzó la invasión. Culpa a la decadencia de Occidente, a su degradación moral, al ataque a la familia tradicional y a los valores y además ha vinculado la existencia de Rusia a su victoria en Ucrania, con constantes analogías con la segunda guerra mundial, como si la guerra que ha emprendido fuera para garantizar su propia existencia en lugar de para borrar la existencia de la vecina Ucrania.