Si yo ahora les digo que el Gobierno sigue a la gresca por la ley del sólo sí es sí, puede que usted se pregunte: ¿pero no se había aprobado ya aquella proposición socialista para reformarla? No, ya les habíamos advertido de que la tramitación era larga y procelosa.
A la vuelta de la Semana Santa estaba esperando el asunto más incómodo para Pedro Sánchez. El más venenoso. Con una particularidad, que ahora Podemos sí que ya no tiene ni una sola razón para ceder ante los socialistas. Ni una. Y por eso se presenta del brazo de Bildu y de Esquerra. Tomen nota, porque este es el futuro. El Frankenstein anda descosido. Así que el bloque de la investidura se está recomponiendo y se divide entre PSOE y Sumar frente a Podemos, Bildu y Esquerra. La autoproclamación de Yolanda Díaz no ha servido para apaciguar a Podemos, sino más bien para todo lo contrario, para enajenar por completo a sus miembros.
Y a todo esto, ¿qué importan las víctimas? ¿Qué, la legislación sobre libertad sexual? ¿Qué, las rebajas de penas y las excarcelaciones a violadores? Bueno, es que Irene Montero nunca estuvo de acuerdo en que le corrigieran su ley, sólo que ahora no tiene ningún reparo en mostrarlo. Ahora van a escuchar a las portavoces Isabel Serra y Pilar Alegría, Podemos y PSOE, confirmando que los socialistas vuelven a estar otra vez en la misma tesitura. Votar con el PP o ceder ante Irene Montero.
Miren hoy las encuestas. En realidad las encuestas siempre dicen más del presente que del futuro. Quedan 8 meses para las elecciones y por medio hay unos comicios locales que van a trastocarlo todo. ¿Para qué sirven hoy las encuestas? Para explicar lo que está ocurriendo en el tripartito de Gobierno y en concreto las razones por las que Pablo Iglesias se niega a suscribir un acuerdo con Yolanda Díaz y ahora le va a hacer la vida imposible a Pedro Sánchez hasta que termine la legislatura o éste decida terminarla sin ellos.
Las encuestas sugieren que Yolanda Díaz no consigue acabar con Podemos si Podemos se resiste a sumarse a Sumar. Las encuestas también dicen que Sumar sobre todo erosiona al PSOE. Y las encuestas dicen que da igual que vayan juntos que separados, no hay votos suficientes en la izquierda como para reeditar el gobierno. De manera que Iglesias ha llegado a la conclusión de que Feijóo gobernará y que en ese contexto será mejor mantener la pureza revolucionaria que subsumirse en una candidatura y ceder todo el protagonismo para encima perder. Así que es más seguro que trabajar para Jaume Roures, que inclinarse ante Yolanda Díaz. Conclusión: la pinza con Bildu y Esquerra que ustedes van a ver para evitar que el PSOE reforma la ley del sí es sí no es circunstancial. Es una alianza estable y le va a complicar la vida a Sánchez y a Díaz y no se podrá decir que no se lo han buscado.
Precisamente a esta hora Pedro Sánchez está dando un mitin en Segovia. No sé si habrá comentado algo de interés o estará perdiéndose en las típicas proclamas mitineras.
Ahora que hablamos de encuestas y del contexto político. Ha sido hoy muy interesante escuchar a Emiliano García Page, presidente de Castilla La Mancha, hoy con Carlos Alsina en Más de Uno. Miren. Lo habitual es que Page se pierda en bravatas pasajeras, muy sonoras pero poco contundentes. Bien, hoy ha ocurrido exactamente lo contrario. Quizás ha sido la entrevista en la que, con un tono pausado y moderado y aparentemente distante, Page ha sido más hiriente con Pedro Sánchez. Claro que como en vivimos en la exaltación del tono. Parece que si algo se dice en tono suave pues es más mullido. Pero Page ha recordado las primarias aquellas, el desgarro en el PSOE, ha huido de cualquier asociación con Sánchez, bueno, e incluso ha desmontado toda la estrategia de comunicación montada desde Ferraz para pintar a Feijóo como insolvente
Habría que acuñar dragoniano. No draconiano. Dragoniano. Para definir a un ser incombustible que exprimió la vida de tal manera que aún se estuvo comunicando con sus seguidores hasta casi el aliento final. Fernando Sánchez Drago, que con 86 años convenció a Santiago Abascal de presentar a Ramón Tamames como candidato a una moción de censura y poco después murió. Antes dábamos un dato para resumir la trayectoria vital de Dragó y es que su hijo mayor tiene 63 años y el más pequeño 10, pero sus peripecias vitales no deberían oscurecer una obra prolífica, inmensa, que quizás tiene en su libro más célebre el que le hizo merecedor del Premio Nacional de Ensayo ‘Gárgoris y Habidis. Una historia mágica de España’.
En lo catódico, fue ante todo un gran divulgador. Y alguien con una forma muy característica de hablarle a la cámara. Con esa prosodia fluida, un torrente imparable de palabras y luego con las gafas esas de leer con vista cansada, como de tio Gilito, y leyendo de un atril.
El prompter, para qué. Es curioso del Dragó catódico que, primero, el decía odiar la televisión, pero anda que no le dedicó horas. Y era un animal televisivo. Luego además qué temas tocaba y cómo los tocaba. Ahora imagínense ustedes un debate entre Gustavo Bueno, Gonzalo Puente Ojea y Antonio López Campillo. Y hablando como habla Dragó, que siempre se le imitó como muy arrogante pero que lo cierto es que tremendamente respetuoso dirigirse así a la audiencia porque se le presupone una inteligencia considerable.