Como el PSOE mantiene la opacidad sobre sus negociaciones con los independentistas hay que acudir a la prensa independentista para enterarse de lo que está ocurriendo. Y lo que está ocurriendo es que Esquerra quiere que la exposición de motivos de la ley de amnistía quede claro que el 1 de octubre o al menos que se eluda cualquier referencia al carácter delictivo del referéndum y las leyes de desconexión.
O sea que el único acto de contrición que supone la amnistía lo haga el Estado. Luego además está el asunto de la competencia de Rodalíes y la financiación, que son las cuestiones materiales de la negociación. Pero, eso no será el problema en ningún caso. Esta es la amnistía que ansía Esquerra y que por supuesto ansía Puigdemont y no esa quimera que expone el Cercle de Economía en el que los independentistas piden perdón por sus pecados y regresan como hijos pródigos a la casa del autonomismo.
Feijóo trata de explicar qué es lo que quiso decir cuando dijo que desde la discrepancia puede haber respeto con Carles Puigdemont
Mientras todo esto se dirime, Feijóo trata de explicar qué es lo que quiso decir cuando dijo que desde la discrepancia puede haber respeto con Carles Puigdemont. Fíjense en lo problemático de la cita. Claro que no puede haber respeto con alguien que ha pretendido hacerle extranjero en Cataluña, es que no puede haber ni discrepancia. Hay palabras más precisas, como repudio, repulsa, condena o desprecio. Porque un dirigente puede discrepar sanamente del adversario político, pero con el delincuente solo puede aspirar a sentarlo ante un juez.
¿Bueno, y el PNV qué dice sobre la negociación? Porque algo tendrá que decir. Pues miren está tan descolocado el PNV que no sabe ni a donde apuntar. Quizás uno de los efectos inesperados del 23J haya sido el de la radicalización del PNV tras largos años de posibilismo y de jugar a ser la cara razonable del nacionalismo periférico. Pero, es que algo tienen que hacer para evitar que Bildu les arrolle y tampoco pueden romper con Sánchez porque luego van a necesitar el PSE para mantener la lehendakaritza y todos sus cargos institucionales, que no son pocos.
Forma de autoboicot un tanto idiota
El PNV tampoco irá al acto en el Congreso por la jura de la Constitución de la princesa Leonor. Esta es una forma de autoboicot un tanto idiota. Porque Leonor va al Congreso a imponerse límites como heredera del trono. Va a ratificar el carácter parlamentario de la monarquía española, es decir su renuncia a cualquier poder ejecutivo. Ellos verán. También verán si es que ellos apoyan a un gobierno para que le terminen ofreciendo el ministerio de Vivienda a Ada Colau. Porque lo cierto es que la coalición le ha presentado a sus socios un programa económico muy difícilmente asumible por la base electoral del PNV.
Y es cierto que en un Congreso con mayoría conservadora va a ser difícil de aplicar un programa económico como el que han presentado PSOE y Sumar, pero eso no quita para que no se sientan sus efectos.
Josu Jon Imaz fue antaño presidente del PNV y hoy es consejero delegado de Repsol. Hombre, es verdad que uno no piensa igual en un cargo que en el otro. Pero, es muy probable que el tejido empresarial vasco que tiene al PNV como su vanguardia política piense algo semejante a lo de Imaz.
Repsol se pensará sus futuros proyectos en España
Repsol no va a irse, no va a hacer un Ferrovial, pero sí que advierte de que que "la falta de estabilidad en el marco regulatorio y fiscal" de España pone en peligros sus inversiones futuras en el país.
De lo que concretamente se queja Repsol es del impuesto a las energéticas, que prolongará su vida si también la prolonga este gobierno.
Repsol considera que el impuesto a las energéticas "castiga a las empresas" que "invierten en activos industriales, generan empleo y garantizan la independencia energética del país" y en cambio "favorece a los importadores que no generan empleo ni actividad económica relevante en España". En consecuencia, Repsol se pensará sus futuros proyectos en España.
Imaz no está sólo en su denuncia de la falta de estabilidad del marco regulatorio y fiscal de España. Antonio Garamendi, el presidente de la patronal de patronales, de la CEOE, ha sido muy duro en su juicio al programa de Gobierno. No le gusta nada. Tampoco la reducción de la jornada laboral y en este caso dice hablar por boca de pequeños comerciantes y autónomos con un negocio, que son los que se verán perjudicados, según dice.
Garamendi cree que el PSOE y Sumar han recurrido a fórmulas populistas para su programa de gobierno.
Y eso que hoy la vicepresidenta en funciones y con otras aspiraciones, Nadia Calviño, asegura que lo que los empresarios tienen que valorar es la estabilidad que les ofrece este gobierno. A los empresarios nunca les ha ido tan bien como con este Gobierno, de manera que quienes se quejan lo harán por vicio.
Lo más lamentable de este momento político es que haya vuelto a poner en el centro de la escena a un personaje como Carles Puigdemont
Quizás lo más lamentable de este momento político es que haya vuelto a poner en el centro de la escena a un personaje como Carles Puigdemont. Qué derroche de esfuerzo y de tiempo en hablar de alguien en realidad tan ínfimo.
Pero, la conversación pública en España lleva años secuestrada por las neurosis del nacionalismo. Luego cuando se presentan los verdaderos problemas, nadie les presta atención. Desde hace semanas venimos contándoles que la situación en la isla del Hierro es crítica porque no hay forma de absorber la oleada migratoria que está llegando a sus costas.
9000 personas, en su mayoría senegaleses, han llegado en cayuco en el último mes. La situación es límite, porque no hay estructura para atenderlos. De manera que muchos de ellos han tenido que ser trasladados a la península. Sobre esto conviene distinguir, claro que hay expresiones puramente xenófobas de algunos dirigentes locales, entre ellos el vicepresidente Gallardo que ha tenido que ser una vez más desautorizado por su gobierno de Castilla y León. Otra cosa es lo que ha provocado la protesta airada de tantos alcaldes y presidentes autonómicos, que lo que lamentan es que el Gobierno no les haya avisado antes de desembarcar a cientos de personas que necesitan de una asistencia y de unos recursos.
Díaz Ayuso ha protestado contra la gestión que está haciendo el Gobierno y el ministro de Migraciones, que es José Luis Escrivá, se defiende diciendo que todo responde a un impulso xenófobo.