El carril virus está vació de nuevo. Han desaparecido los ciclistas, los andarines y los runners, la masa atlética que todo lo ocupaba todo con el impulso deportivo de la pandemia. Menos mal que esa gente se ha ido porque iban a morir de un ataque de salud.
Un tribunal ha condenado a Aragón por no cuidar de la salud de los ciudadanos ante el coronavirus. Y concluye que el Ministerio de Sanidad no hizo acopio de material sanitario y no tomó medidas contra el virus.
La conciencia es el juez más despiadado. Porque es uno mismo en el pasado, y a veces, uno mismo se persigue como un aullido. Sánchez era aquel tipo que recorria España con un coche, una camisa y una conciencia, y ahora es el jefe de la oposición de sí mismo.
La política hace pasar a hombres muy grandes por agujeros muy pequeños. Todo el mundo tiene un pasado. Lo malo es que Sánchez no tiene un pasado, tiene un presente.