Tiene un restaurante en Japón, al que acude una o dos veces al año, y otro en Gerona que responde al nombre de Sant Pau. En estos momentos participa en un proyecto de la Fundación La Caixa y de la Fundación Alicia donde hace una paella científica, es decir, analiza todos sus ingredientes. Cuando habla de la paella cuenta que “se puede poner ingredientes para que sea una orquesta sinfónica o sea un solista”; la ciencia puede contar todos los elementos que dan el resultado de una buena paella gastronómica. En la universidad de Harvard dio dos charlas sobre cocina pero con un toque científico, en el que hubo overbooking de estudiantes.
Su restaurante está compuesto por nueve mesas, y afirma que ha notado la crisis ya que acuden parejas y no grupos de comensales de mayor número.
Está preparando un libro de gastronomía que se compone de menús anti-envejecimiento. Hay que comprar productos de temporada que sean frescos y recuerda la frase “debes comer como tu bisabuelo”. La gente que come poco vive más, comer bien no significa comer mucho. Hay que procurar hacer cinco comidas para no ‘devorar’ en ninguna de las comidas.
La presión de las estrellas Michelin se nota, pero uno “debe ponerse la presión antes de ganar ningún premio”. Habla de sus hijos, que también son cocineros y de sus nietas.