Alberto Ruiz Gallardón

Entrevista con Alberto Ruiz Gallardón

El alcalde de la ciudad de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón, ha analizado la situación tras la JMJ esta mañana en el programa Herrera en la Onda, de ONDA CERO. Estas han sido sus respuestas a las preguntas planteadas por Carlos Herrera:

ondacero.es

Madrid | 22.08.2011 11:39

¿ESTAMOS ANTE UN ÉXITO EN TODOS LOS ÓRDENES DE LA JMJ?

“El éxito se ha producido, pero no debemos ponernos una medalla que no nos corresponde. Pero es verdad que en la ciudad de Madrid nunca se ha producido un acontecimiento que supusiera un reto tan formidable como éste. Y a alguien le puede impresionar que, acumulando todos los actos, han sido más de tres millones de asistentes. A los que los servicios municipales han prestado todo tipo de asistencia. Pero ha sido fácil por dos razones. Una, la predisposición de los peregrinos. Yo en mi vida me he encontrado, y llevo 16 años gobernando Madrid, a gente con tanta disposición para colaborar y atender las indicaciones que se les hacía. Además, son gente que ha venido a Madrid a hacer un derroche de alegría. No ha habido situaciones conflictivas, no ha habido ningún momento de tensión, no ha existido nada que pudiese romper esa armonía. Luego, es verdad que fue un reto muy importante, con la tarde del sábado preocupados por la climatología. Pero cientos de miles de jóvenes han estado en una actitud de plena y absoluta colaboración. Quiero también dar las gracias a todos los funcionarios y servicios que desde el Ayuntamiento han interrumpido sus vacaciones para contribuir a un acontecimiento que, al margen de lo que supone personalmente, es extraordinariamente positivo para Madrid. Y un millón de jóvenes no han hecho más que dar facilidades para que la JMJ haya sido un éxito”.

¿LE QUEDA ALGO EN LO PERSONAL DE LA VISITA DE BENEDICTO XVI?

“Mucho. No le oculto que como cualquier responsable político, siempre se vive esto con una mezcla de satisfacción personal y de tensión institucional. Porque es muy difícil relajarse cuando hay tanta gente y algunos riesgos que tenemos la obligación de prever y resolver en el supuesto de que se materialicen y evitar que se conviertan en nada perjudicial para los asistentes. Uno respira cuando las cosas han finalizado bien y al final son muchas las reflexiones personales que tienes que hacer. Una de ellas es que resulta impresionante que un hombre de 84 años sea capaz de convocar a más de un millón de jóvenes. Y sé que no debemos ir a las personas, si no a los conceptos y a la fe religiosa. Pero es verdad que vivimos en un mundo donde la abstracción necesita alguien que la personalice, detrás del cual, todos eso jóvenes digan que están dispuestos a salir de su rutina, casa o vacaciones para encontrarse con otros que piensan como ellos, dispuestos a emocionarse y compartir esa emoción delante de un mensaje, que es lo que ha hecho Benedicto XVI. Creo que eso merece una reflexión. En este mundo en que tantas veces pensamos que no hay horizontes. Pero las cosas no están escritas como muchos pretenden que resulten escritas en estos tiempos de pesimismo”.

¿CÓMO ADIVINA EL FUTURO POLÍTICO ESTE OTOÑO?

“Si tuviera que calificar próximos días, diría que son prescindibles y que desgraciadamente no hemos prescindido de ellos. Ahora tenemos por delante un calendario, en el que sabemos que el gobierno del PSOE está despidiéndose desde hace muchos meses. Es un gobierno que además está al servicio de la candidatura del PSOE, que no va a hacer nada que incomode a su candidato y a sus posibilidades, y que eso hace prácticamente imposible que adopte las medidas que actualmente necesita España. No seré yo quien diga que el gobierno tiene que hacer lo que debe hacer por encima de los intereses del candidato. Es una reflexión que debería nacer de ellos mismos. Pero sí critico que, si el gobierno no quiere perjudicar a su candidato y no estaba dispuesto por lo tanto a adoptar las medidas que otros países están poniendo en funcionamiento y que son imprescindibles para superar esta gravísima situación, no debería de ninguna forma haber llevado este plazo como es el 1 de enero de 2012. Porque la convocatoria de las elecciones para el 20 de noviembre, significa que este país no va a tener un nuevo gobierno hasta que empiece el nuevo año de 2012. Y eso es tarde. Significará muchos meses de ocasiones perdidas, que estaremos mucho tiempo sin adoptar las medidas que España debe poner en funcionamiento. Ha habido un acto de egoísmo político, de interés partidista y de falta de responsabilidad por parte del gobierno. Nuestra obligación ahora es intentar que una inmensa mayoría de españoles apuesten por el cambio, sean conscientes de que estas no son unas elecciones más y que no basta con que el gobierno que salga de las urnas sea distinto del actual, si no que debe tener un respaldo mayoritario de la población para poner el rumbo que necesita nuestro país”.

¿LLEGARÁ EL GRAN PACTO ENTRE PARTIDOS?

“Al margen del partido que gane las elecciones, somos muchos los españoles que vemos necesario un cambio y que ese cambio lo pilote el PP. Ese gobierno tendrá que realizar un gran acuerdo, pero no solamente con el principal partido de la oposición, si no que debe ser con toda la sociedad española. La gravedad de la situación no tiene parangón con nada de lo que nos ha ocurrido. Ni siquiera con el año 1996, cuando el presidente Aznar llegó al poder y marcó la entrada en el euro como uno de los objetivos de cara a la futura estabilidad del país. La situación ahora es grave y no puede resolverse encomendando su tarea a los actores externos, a esos países cuya recuperación, aunque se produjera, no sería suficiente para levantar España si nosotros no establecemos las grandes reformas que necesita nuestro país. Que efectivamente necesita un pacto con los partidos políticos, con los agentes sociales y directamente con la sociedad española. A la que hay que decirle con verdad cuál es la gravedad del asunto y cuáles son los sacrificios que tendremos que adoptar. Desde el convencimiento de que podemos hacerlo, desterrando todo pesimismo y no cayendo en una ilusión utópica de que la mejora de Alemania, de Francia o de los mercados resolverá nuestros problemas. Los problemas son nuestros porque los hemos generado nosotros, porque en España se han hecho mal las cosas y las soluciones no van a venir desde fuera, las tendremos que adoptar nosotros. Eso sí necesita una convocatoria, que no puede cerrarse a un partido o una ideología. Debe tener un periodo mínimo de duración de una legislatura en la que hay que explicarle a todos los grandes actores de esta sociedad cuál es la hoja de ruta a través de la cual nosotros vamos a conseguir algo que cualquier generación tiene que tener como prioridad, que es dejar para la siguiente un legado mejor que el heredó de sus padres. No podemos ser la primera generación de España que deje a sus hijos en una situación económica y social de incertidumbre peor que aquella que nosotros heredamos. No ha ocurrido nunca, salvo catástrofes de nuestra historia y no podemos permitir que ocurra”.

¿APUESTA TAMBIÉN POR SUPRIMIR LAS DIPUTACIONES?

“Toda mi carrera política la he desarrollado en la Comunidad de Madrid, donde no existen las diputaciones porque fueron subsumidas, como en todas las comunidades uniprovinciales, por las comunidades autónomas. Si ese papel no existiese, saldrían perjudicados no los grandes ayuntamientos, si no los pequeños. Por tanto, no se le puede decir a un pequeño ayuntamiento que tiene que tener una capacidad de gestión de muchos de los servicios que tiene que prestar, porque eso sí sería un aumento de la burocracia. Dicho eso, sí creo que, si los pequeños ayuntamientos carecen de esa capacidad para gestionar y necesitan unas instituciones supramunicipales que lo hagan, no necesariamente las instituciones tienen que tener el carácter marcadamente político que hoy tienen. Y sí podríamos orientar la reforma de las instituciones, que nunca la supresión, hacia unas estructuras de carácter técnico, sin ese componente político, que resolvieran el problema de la incapacidad de la gestión de muchos servicios públicos en los ayuntamientos. Sí soy partidario de que se mantengan las diputaciones, porque no nos perjudicaría su supresión a las ciudades grandes, pero sí a los pequeños municipios. Sí creo también que a las diputaciones se les puede conformas unas hechuras administrativas de gestión, siempre bajo supervisión, para que no se genere duplicidad”.