Asegura que, tanto el tipo de artefacto, como el blanco elegido plantean dos posibles autorías: "individuos que procedan de un movimiento extremista antigubernamental" o "individuos vinculados de alguna manera a redes de terrorismo yihadistas que hayan respondido al llamamiento de dirigentes de Al Qaeda". Comenta que haber usado "una olla a presión tiene interés, porque es algo inusual".
Sobre el papel de la policía y la falta de previsión de la que ha sido acusada comenta que "dadas las características de ese acontecimiento, la protección absoluta es imposible. Se pueden incrementar los controles, pero la protección absoluta contra la acción de estos extremistas, es imposible". Aún así, establece que "este tipo de actos no tienen capacidad de poner en jaque a sociedades como la nuestra".