Carlos Herrera cree que la huelga general no sirve para nada ya que el éxito de las huelgas nos se mide con 40 piquetes que cierran una calle o que se pare la industria del automóvil o que se junte gente en una manifestación sino en "evitar aquello por lo que tú protestas como se consiguió en el 1988". Afirma que una huelga como esta no va a conseguir que el Gobierno cambie la reforma laboral, por lo tanto es un disparate porque sitúa la imagen de España en este momento en una situación deficiente.
Carlos Herrera cree que al no poderse frenar los compromisos con la UE por más que dos frentes sindicales hagan presión, "este esfuerzo baldío tensiona al país y hace perder al país mucho dinero y crea roces entre personas". Y advierte que si siguen las tensiones sociales no vendrá Rubalcaba sino 'un Monti'.