La UE se compromete a crear un fondo fiduciario de emergencia de tan solo 1.878 millones de euros, frente a los 3.600 millones que se esperaban, porque los Estados miembros sólo han accedido a aportar unos 78 millones, mientras que los 1.800 restantes ya estaban previstos y proceden del presupuesto comunitario.
África, por su parte, se compromete a trabajar para hacer más efectiva la repatriación de inmigrantes irregulares sin derecho a recibir asilo, pero a cambio ha insistido en que se introduzca el matiz de que se dará prioridad a las devoluciones "voluntarias". El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, consideró al término del encuentro de dos días que el acuerdo alcanzado hoy supone un "paso crucial" para reforzar la cooperación entre ambos continentes, aunque recalcó que el reto que queda ahora por delante es aplicarlo en asociación y con solidaridad.
Tusk reconoció que la ayuda europea parte de un mínimo de 1.800 millones de euros, pero recordó que se suma a los 20 millones que la UE dedica cada año a la ayuda al desarrollo en apoyo de África. "No nos hacemos ilusiones con que la situación vaya a cambiar de la noche a la mañana, pero queremos dar oportunidades a la gente", añadió. Destacó asimismo que tanto esta cumbre UE-África como el Consejo Europeo informal que se celebra justo después, también en La Valeta, llega en un contexto difícil, después de las decisiones de Suecia y Alemania de reintroducir controles fronterizos y de Eslovenia de reforzar su frontera con Croacia.
Según Tusk, estas novedades "muestran con la máxima claridad la enorme presión que soportan los Estados miembros", por lo que ha llegado el momento de replantearse el área sin fronteras interiores de Schengen. "Necesitamos llevar a la práctica tanto las decisiones tomadas como las adoptadas en las cumbre europeas. Esto incluye sobre todo la restauración de controles fronterizos efectivos", continuó, al tiempo que apeló también a la cooperación con países de origen y tránsito, y a aplicar las medidas de reubicación e integración de refugiados.
El presidente de ECOWAS, Desiré Kadré, por su parte, aseguró que el nuevo plan refleja una "visión compartida" sobre el fenómeno migratorio, e instó a que sea "mejorado y sobre todo aplicado". En cuanto al fondo fiduciario, reconoció que "deseamos verlo aumentar, pero ya es un paso importante". El primer ministro de Malta, Joseph Muscat, subrayó la importancia de que en esta ocasión exista un calendario claro para aplicar las medidas y se comprometió a revisar los logros alcanzados durante la próxima presidencia de turno de su país al frente de la UE.
Muscat reconoció que el dinero puesto sobre la mesa "no es suficiente", pero consideró que se trata de "un paso adelante". El plan acordado incluye cinco pilares centrados en las causas de la migración, las vías de acceso legal a Europa, el refuerzo de la protección de las personas desplazadas, la lucha contra el tráfico de personas y el avance en las repatriaciones de inmigrantes irregulares sin derecho a asilo. Entre las acciones más inmediatas a adoptar antes de finales de 2016 figuran proyectos para crear empleo en África, doblar el numero de becas para estudiantes e investigadores dentro del programa "Erasmus plus", iniciativas regionales y de protección para el Cuerno de África y el norte del continente y un proyecto piloto para combatir el tráfico de personas en Níger.