A buen seguro que todos (o casi todos) hemos sufrido dolor de espalda en alguna ocasión, ya sea por dormir en una mala posición, exceso de carga o por no tener una buena postura al trabajar frente al ordenador; y es que la columna vertebral es fundamental para que podamos mantenernos de pie, así como para que podamos realizar casi todos nuestros movimientos cotidianos con normalidad.
La realidad es que el dolor de espalda es habitual entre la población; es más, es la segunda molestia más frecuente entre las personas, tan solo superado por el resfriado común. Además, según la revista The Lancet Rheumatology, se estima que este dolor afecta a 600 millones de personas en el mundo y que ocho de cada diez personas lo sufrirán al menos una vez en su vida.
El dolor de espalada puede deberse a diferentes causas, tal como nos confirma Juan Ramón Revilla, fisioterapeuta del Centro de Fisioterapia KineMez: "El dolor de espalda no tiene una única causa. Se debe a factores hereditarios, traumatismos, sobrecargas, malos hábitos posturales, etc., pero también el estrés crónico tiene mucha influencia".
La mayoría de los dolores de espalda que tenemos desaparecen espontáneamente y sus causas pueden ser multifactoriales, como acabamos de comentar, pero ¿en el caso del dolor de espalda con una duración prolongada hay alguna causa más relevante? "Hoy en día sabemos que además del dolor causado por las lesiones o daños corporales, puede deberse también a una sensibilización del sistema nervioso. Este es un factor muy importante, especialmente en los casos de dolor persistente o recurrente", puntualiza el fisioterapeuta.
Quién tiene predisposición a tener un dolor continuado
Sin duda, la edad puede ser uno de los factores que influyan a la hora de padecer un dolor de espalda persistente, pero, tal como nos comenta Juan Ramón Revilla, hay otros componentes de carácter psicológico que se deben tener en cuenta: "Sabemos, por la experiencia clínica, que no todas las personas presentan la misma experiencia dolorosa ni reaccionan igual ante el dolor. Sabemos que ciertas personas, que en su vida han sufrido eventos emocionales importantes o situaciones de alto estrés continuadas, tienen una predisposición mayor a padecer este segundo tipo de dolor, relacionado con la sensibilización del sistema nervioso.
También personas con un perfil psicológico marcado por la hiperpreocupación, proteccionismo y entrega a los demás, baja autoestima y pocos cuidados a sí mismo, pueden presentar con mayor facilidad dolor continuado".
Sabemos que ciertas personas, que en su vida han sufrido eventos emocionales importantes o situaciones de alto estrés continuadas, tienen una predisposición mayor
Causas del dolor de espalda
A pesar de que las causas del dolor de espalda son multifactoriales, en función del tipo de dolor podemos clasificarlos en:
- Dolores recurrentes o repetitivos, es decir, son aquellos que "cuentan con un componente biomecánico importante, y pueden estar asociados a problemas posturales o a gestos y movimientos inadecuados", nos indica Revilla. Son los típicos dolores que van y vienen, que mejoran durante unos días con el tratamiento convencional, pero que retornan al cabo de un tiempo. Para solucionarlos, el fisioterapeuta cree que "es necesario un enfoque más global para mejorar su postura y movimiento, evitando las recidivas. Este dolor, habitualmente osteoarticular y muscular, puede desembocar en un segundo tipo de dolor más continuo y persistente, un dolor al que de manera incorrecta llamamos crónico. La palabra ‘crónico’ tiene unas implicaciones de "invariable", "sin solución", que no son ciertas y debemos evitar".
- Los dolores por sensibilización “son aquellos en los que el perfil psicosocial y emocional de la persona es un factor muy influyente.”, como comentaba anteriormente.
¿Debo ir a un especialista?
Uno de los primeros consejos que nos indica el Sr. Revilla sobre el dolor de espalda persistente es que entendamos el dolor como un síntoma, como un aviso de nuestro cuerpo para hacernos ver que algo no va bien, ya que un dolor continuado puede convertirse en una causa de estrés o bien puede relacionarse con un estrés crónico previo.
No hay que dejar pasar por alto estos dolores persistentes y es recomendable acudir a un especialista cuando el dolor dura más de 12 semanas, porque "el principal riesgo de un dolor continuo es que disminuye nuestra capacidad funcional y de movimiento. Esto perjudica nuestra salud general a largo plazo. Y, en algunos casos, como he dicho anteriormente, puede llegar a afectar negativamente nuestros aspectos cognitivos y emocionales: falta de concentración y memoria, alteración del ciclo del sueño, y en casos severos inducir a cuadros depresivos".
Si las causas son variables, sin duda el tratamiento para el dolor de espalda persistente también lo será, ya que se adaptará a cada persona. No existe un único tratamiento para el dolor. Igualmente, Juan Ramón Revilla resalta que la prescripción de medicación contra el dolor en exceso no siempre es la más efectiva: "Las pruebas científicas actuales muestran que la fisioterapia personalizada, la actividad física adecuada y la educación terapéutica y el Coaching en salud son más efectivas que la medicación en la mejora de la calidad de vida de los pacientes con dolor persistente y continuado".
