Salud

Por qué tengo sueño todo el día: causas y posibles peligros de la somnolencia

Este trastorno supone un gran condicionante en la vida cotidiana de los pacientes, quienes tienen que luchar contra su incapacidad para permanecer despiertos en situaciones que pueden llegar a ser peligrosas como la conducción

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Patricia Camacho

Madrid | 08.09.2022 11:43

Durmiendo
Durmiendo | Photo by twinsfisch on Unsplash

La somnolencia, también conocida como fatiga diurna, se trata de la incapacidad de permanecer despierto y alerta durante el día debido a un trastorno del sueño que se origina debido a una alteración del ritmo cardíaco de sueño-vigilia.

Esta patología afecta a la vida cotidiana de estos pacientes, quienes no pueden realizar actividades básicas como conducir o mantener conversaciones muy largas, ya que se pueden dormir en cualquier lugar, incluso en situaciones que pueden originar problemas de seguridad.

Cuáles son las causas del trastorno

Las causas de la somnolencia se pueden distinguir en dos grupos:

Primarias o de origen central

Entre las causas primarias se pueden encontrar:

  • Narcolepsia: es un trastorno crónico del sueño que se distingue por la aparición de asaltos repentinos de sueño y por una somnolencia excesiva durante el día.
  • Hipersomnia idiopática: es un trastorno poco común del sueño que causa somnolencia desmesurada durante el día, incluso después de una buena noche de sueño.
  • Otras hipersomnias primarias poco frecuentes como el síndrome Kleine- Levin, el cual se caracteriza por episodios autolimitados de hipersomnolencia (tendencia al sueño en situaciones anormales).

Secundarias

Dentro de las causas secundarias se pueden mencionar dos grandes grupos:

  • Jet lag: se trata del desfase horario que se produce con el cambio rápido de zona horaria.
  • Los trastornos respiratorios: siendo el más conocido el SAHS.
  • Síndrome del trabajador nocturno: los trabajos que se desempeñan durante la noche afectan al normal funcionamiento del cuerpo durante el día.

Las diversas condiciones médicas como:

  • Accidentes cerebrovasculares: después de un derrame cerebral, las personas pueden quedar con secuelas neurológicas, entre ellas, la fatiga excedente.
  • Cáncer: la hipersomnia es el tipo de somnolencia excesiva que sufren algunos enfermos con esta enfermedad.
  • Enfermedades psiquiátricas: los pacientes con depresión y ansiedad pueden pasar noches enteras sin dormir, por lo que sufren grandes alteraciones del sueño.
  • Meningitis y encefalitis: la inflamación del tejido cerebral podría alterar el funcionamiento del reloj biológico, causando un descontrol en los horarios del sueño.

: Los peligros de la somnolencia

'La somnolencia durante el día puede llegar a ser muy intensa y ocasionar graves problemas que interfieren en las relaciones laborales y familiares", señalan en el diario online ConSalud.es desde el Hospital Quirón Salud del Vallès.

La misma fuente recoge que en los pacientes más jóvenes que sufren este síntoma, "se han descrito fracasos escolares y trastornos de conducta", aunque apuntan que el mayor riesgo que conlleva sufrir la somnolencia excesiva diurna es "el alto riesgo de sufrir accidentes de tráfico y laborales".

Por otro lado, para las personas mayores, la somnolencia puede producir un deterioro del sistema cardiovascular, así como tensiones, dolores en el cuerpo y problemas de movilidad por estar tanto tiempo acostados, lo que también incide de forma negativa en el peso. Además, que una persona mayor duerma tantas horas, hace que el cuerpo y la mente no descansen correctamente, lo que se traduce en consecuencias como pérdida sensorial y de concentración, irritabilidad y fatiga.

Cómo se diagnostica la fatiga diurna

Para tratar la somnolencia y reunir las condiciones necesarias para que el paciente descanse bien, es necesario identificar la causa que la provoca, aunque antes, cabe conocer las dos variantes de somnolencia que ha identificado el estudio de la medicina del sueño:

  • Objetiva: es la propensión a dormirse y puede medirse a través de mediciones de la actividad eléctrica de los tejidos que revelan cuándo el cuerpo solicita descanso.
  • Subjetiva: en este caso, un solo bostezo, el cierre de los párpados, los balanceos de cabeza, la pérdida de concentración o la falta de resolución ante tareas habituales son indicativos de que se padece este trastorno.

Actualmente, existen tres clases de métodos para diagnosticar la fatiga diurna:

  • Auto-evaluación de la somnolencia mediante escalas: como la de Stanford y de Epworth, que son los instrumentos más simples para medir la somnolencia subjetiva.
  • Mediciones del comportamiento: se basa en la simple observación del individuo. A su vez, también se utilizan los tests de funcionamiento (test de tiempo de reacción, test de vigilancia psicomotora, y simuladores de manejo) para medir los efectos de la somnolencia en diferentes aspectos.
  • Mediciones directas electrofisiológicas: se mide la actividad eléctrica de las neuronas durante algún momento del día para saber si algunos tejidos tienden a la somnolencia de manera fisiológica.

¿Se puede tratar este problema?

El tratamiento de la somnolencia o fatiga diurna se establece mediante la identificación de la causa que la provoca, por lo que el abordaje de la enfermedad se basará en corregir el origen del trastorno. No obstante, si la causa es primaria, existe el modafinilo, un tratamiento que se encarga de activar el organismo, aunque se toma con un control estricto en su uso debido al riesgo de dependencia.

Por su parte, el médico será el encargado de certificar la capacidad que tiene el paciente de hacer ciertas tareas.