Según su relato, la embarcación fue interceptada por patrulleras libias a unas ocho millas de la costa, frente a la ciudad de Qarabuli, uno de los principales núcleos del tráfico de personas en Libia, y en ella viajaban 28 mujeres y 6 niños.
"Alrededor de la embarcación se hallaron seis cadáveres", afirmó Qasem, quien aseguró que la intervención de los guardacostas evitó una tragedia mayor. "Todos los rescatados fueron llevados a una base naval cerca de Trípoli desde la que se les trasladó a centros de acogida", detalló el portavoz.
El mismo lunes, al menos 63 personas más desaparecieron al naufragar en aguas internacionales del Mediterráneo un bote neumático procedente de Libia con más de un centenar de migrantes a bordo.
Según Qasem, los desaparecidos viajaban en una embarcación que salió la madrugada del lunes de la ciudad de Qarabuli y que se hundió por causas desconocidas a unas 35 millas de la costa. La embarcación precaria era una de las tres que fueron interceptadas esa madrugada en la misma zona, muy lejos del área de jurisdicción de las patrulleras libias.
La segunda y la tercera se efectuaron a 44 y 50 millas, respectivamente, de las playas de la ciudad de Al Hamis, al oeste de la capital. Las playas que se extienden entre Trípoli y la frontera con Túnez se han convertido los últimos dos años en el principal bastión de las mafias que trafican con seres humanos, pese a la presencia de patrulleras europeas.
Según datos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), más de 171.635 inmigrantes irregulares lograron cruzar a Europa en 2017, mientras que 3.116 desaparecieron en el mar. La misma organización, vinculada a la ONU, afirma que a lo largo del presente año, otras 16.585 personas han conseguido cruzar solo por la llamada "ruta central", que parte de Libia, y 1.068 han muerto ahogadas.
Esta semana, patrulleras libias han interceptado a cerca de 1.200 migrantes frente a la costa oeste del país. Además, cerca de un centenar de personas desaparecieron en el mar al incendiarse y naufragar una barca de madera.
La llamada "ruta central del Mediterráneo", que parte desde las costas de Libia a Italia, es la más mortífera del mundo.