Ese es el resultado de una encuesta realizada por la Fundación Mutua Madrileña con la Asociación para el Estudio de la Lesión Medular Espinal (Aesleme) con información facilitada por 3.533 personas de entre 18 y 25 años de catorce provincias españolas entre septiembre de 2014 y mayo de 2016.
La encuesta revela que los jóvenes tienen una percepción diferente de su actuación y de la de sus seres próximos. Así, sólo uno de cada cuatro (el 27%) admite haber conducido alguna vez tras consumir alcohol, pero ocho de cada diez afirma haber visto a algún amigo hacerlo bebido o drogado.
En esos casos, el 53% de los encuestados manifiesta haber intervenido para impedir que uno de sus amigos se pusiera al volante en ese estado.
Un dato que muestra, a juicio de los autores del informe, "cierta toma de conciencia" sobre los peligros del consumo de alcohol y otras sustancias en la conducción, aunque también indica que aún hay una parte muy importante de jóvenes que no percibe el gran riesgo de estas conductas imprudentes.
Un 28% de los jóvenes declara que nunca se ha visto en la situación de tener que actuar para impedir que sus amigos conduzcan ebrios.
Una figura creciente, a tenor del resultado de la encuesta es la del conductor alternativo, el amigo que se compromete a no beber durante la noche para asumir la responsabilidad de conducir. El 39% de los jóvenes ha jugado ese papel en alguna ocasión, en especial los fines de semana.
Además del consumo de alcohol y drogas, el estudio se interesa por otra de las principales causas de accidentes: las distracciones.
Uno de cada tres jóvenes admite que escribe o consulta mensajes de Whatsapp o SMS mientras conduce y un porcentaje un poco menor (el 30%) ha realizado alguna llamada sin manos libres mientras circulaba.
También es un tercio de los consultados el que asegura no respetar los límites de velocidad establecidos.
El estudio apunta que la percepción del riesgo es mayor a medida que aumenta la edad del encuestado y, por sexo, es más elevada entre las mujeres que entre los hombres.
La Fundación Mutua Madrileña y Aesleme, responsables de la campaña "Agárrate a la vida" que desde 2010 trata de prevenir accidentes entre los jóvenes, consideran que estos resultados demuestran la necesitad de continuar concienciando sobre las consecuencias que pueden tener las imprudencias al volante.
Con ese propósito, organizan charlas ofrecidas por profesionales sanitarios y lesionados medulares que a su vez son técnicos de seguridad vial.
Cada año, unos 5.500 jóvenes atienden a estas charlas y más de 3.500 de ellos (de las provincias de Almería, Córdoba, Huelva, Jaén, La Coruña, Madrid, Mérida, Oviedo, Salamanca, Sevilla, Toledo, Valencia, Valladolid y Zaragoza) aceptaron posteriormente someterse al cuestionario para conocer sus hábitos como conductores.