Así lo reconocen los obispos de la Conferencia Episcopal Española (CEE) en el Plan Pastoral para los próximos cuatro años (2016-2020), presentada este miércoles e inspirada en la exhortación apostólica del papa Francisco Evangelii gaudium, y que lleva por título "Iglesia en misión al servicio de nuestro pueblo".
En este documento, la CEE observa un predominio de la cultura secularista unido a la "poca valoración social de la Iglesia" y admite que en ausencia de suficientes referencias religiosas, la cultura dominante, que inspira espontáneamente el comportamiento de las personas y de las instituciones, es cada vez más secular.
"En este proceso de secularización espiritual generalizada, la Iglesia ve debilitada su presencia y su legítima influencia moral en la sociedad y en las personas", reconocen los obispos que opinan que muchos prescinden de ella como de una institución "anticuada e inútil, cuando no falsa y perjudicial".
Así, señalan que los problemas de convivencia que muchas veces implican "graves cuestiones morales", como las que plantean la natalidad, el aborto, la educación o el paro, y la necesaria inserción laboral de los jóvenes, se discuten y se encauzan "sin tener en cuenta la moral natural ni la doctrina social de la Iglesia".