El presunto asesino es el sobrino de la víctima de 60 años con quien compartía vivienda. El domingo telefoneó a los Servicios de Emergencia comunicando la muerte de la mujer y que ella tenía intención de suicidarse, pero la Policía le consideró el principal sospechoso desde el primer momento porque había ya antecedentes considerados en su momento como violencia doméstica.
La delegada del Gobierno en Canarias, Elena Mañez, afirma que "había una denuncia por violencia doméstica y una relación sobrino-tía. En su momento no se constató que hubiese relación afectiva. Hubo una orden de alejamiento y un acercamiento a un hospital en el que manifestó que las lesiones se las había producido su pareja, pero acudió un 112 y no hubo denuncia".
La víctima presentaba signos evidentes de una muerte muy violenta.