El Laboratorio europeo

Por las tripas de Charlie

Ya tengo mi ejemplar, 3,30€ me ha costado. Ayer hablé de la portada de Charlie Hebdo y dije que su perdón aconfesional me parece la síntesis perfecta de la ilustración y el perdón judeocristiano.

ondacero.es

Bruselas | 15.01.2015 17:19

Jacobo de Regoyos con la portada de Charlie Hebdo
Jacobo de Regoyos con la portada de Charlie Hebdo | Jacobo de Regoyos

Hoy quiero hablar de su contenido, y de las vicisitudes para conseguir un ejemplar en la futura capital musulmana de Europa, Bruselas.

Lo he conseguido de mi librero, de origen turco y musulmán, que me lo ha vendido a escondidas. Delante de mí había una mujer, que lo ha pedido casi en secreto, en voz baja. Yo no lo había oído. Es que cuando me dio la vez y lo pedí, también con cierta prudencia, vi que se guardaba un ejemplar y me sonreía cómplice.

Bruselas es la capital de Europa, no de Arabia Saudí. ¿Por qué este ambiente?, ¿Por qué tanta prudencia?

Varios libreros belgas han recibido amenazas a su vida, por escrito y telefónicas, si vendían hoy “Charlie”. Esta es la carta recibida por uno de ellos mostrada por el informativo de la televísión RTL-TVI.

Algunos datos: desde hace veinte años el nombre que más se pone a los recién nacidos en esta ciudad es Mohammed. En 20 años está ciudad será mayoritariamente musulmana según las proyecciones demográficas regularmente publicadas, entre otros, por Olivier Servais, sociólogo et antropólogo de religiones de la Universidad de Lovaina. Y un tercio de la población ya es de origen musulmán.

En una de las mayores librerías del país, Filigranes la policía belga ha anunciado que apostará veinte policías para evitar probables incidentes, no sólo por islamistas, sino por las colas que se pueden producir para obtener un ejemplar. Y eso que vienen 40.000… muchos más que los apenas 1.000 que llegaron hoy a Gran Bretaña.

Vamos al contenido. Lo que viene es el resultado de un vistazo rápido. La lectura más detenida tendrá que esperar. Me impediría trabajar para las crónicas normales de Onda Cero y el artículo de este blog saldría mañana, cuando ya no es noticia. Pero aquí va una amplia impresión general.

Yo me he divertido. Nunca antes había comprado esta revista, ni El jueves, ni similares. Me he sorprendido a mí mismo sonriendo ante la mezcla de surrealismo, falta de respeto forzada, sexo forzado, intelectualidad anarquista forzada e infantilismo. Los chistes tienen alguna gracia porque son como de niños pequeños hablando de cosas de mayores. Por ejemplo, con el de los islamistas diciendo que no hay que tocar a los de Charlie Hebdo, porque “si no van a hacerse pasar por mártires y cuando lleguen al paraíso esos cabrones nos van a quitar todas las vírgenes”.

No hay nada grave porque todo es tan exagerado que no puedes tomártelo en serio. Son jóvenes del 68 atrapados en otro tiempo. Uno se explica porque la revista tenía problemas para asegurar su futuro ya incluso antes de los atentados.

Sobre todo hay surrealismo. Mucho surrealismo. Como una viñeta de Charb que parece una mezcla de El Bosco -el pintor flamenco que nos describía las torturas del infierno- e Ibañez con nuestro 13 Rue del percebe. Y no la sé describir más, simplemente, porque no la entiendo del todo.

El surrealismo existe también en una viñeta en la que el Papa sostiene un cuchillo en la boca, levanta el puño en alto y grita “Papas de todo el mundo, uníos”. Es el absurdo, el sin sentido, lo que hace “sonreír”, que no reír. Más que chistes son ocurrencias. Exageraciones que no puede permitirse un periódico serio.

Reviven Wolinski, Charb, Cabu… y no dejan títere con cabeza. Pero hay cosas serias que no están pensadas para hacer daño, que hacen reflexionar suavemente. Como la tira de Riad Satouff en la página 5 a la derecha. Hay una descripción perfecta del magrebí inmigrante o hijo de inmigrantes, que me recuerda al costumbrismo español del XIX aplicado a los banlieus. Comic costumbrista. Es verdad que bien hecho, el comic, puede ser el noveno arte.

La clave está en criticar la autoridad, la que sea. Ni siquiera los que se solidarizan con Charlie Hebdo son respetados. “Una familia de payasos acribillada, otros diez nuevos han surgido” se lee sobre una caricatura del grupo de políticos franceses manifestándose en París este domingo, Hollande y Sarkozy incluidos.

En otra viñeta una mujer con una burka se levanta las faldas y está desnuda con liguero. Pero los musulmanes no son los más criticados. En una viñeta bajo el título “Atención a las insolaciones” aparecen varias personas tomando el sol en la playa y entre medias una de ellas dice “¿Alguien puede darme la vuelta?”. Es Jesús en su cruz.

En la página 2 una especie de editorial escrito, no dibujado, de Gérard Biard. Da las gracias por la solidaridad, pero se pregunta si va a durar. Pide que desaparezca el término “laicista integrista” con el que tantas veces les han calificado. Que no se equipare con “circunvalaciones semánticas” a los asesinos y a sus víctimas. Que desaparezcan los “peros” cuando se condena el terrorismo, las amenazas… Pero duda que la solidaridad y la unidad se mantengan en el tiempo. Aunque quiere ser optimista y creer que la laicidad republicana (Je suis Charlie=Je suis la laicité) se va a imponer al “fascismo religioso”. Dice que “la laicidad es inclusiva. Sólo ella permite la plena libertad de conciencia que niegan más o menos abiertamente, según su marketing, todas las religiones desde que abandonan el terreno de la intimidad para bajar al terreno político. Irónicamente, sólo la laicidad permite a los creyentes vivir en paz”.

¿Un editorialista serio? ”Una última cosa importante -añade al final- . Queremos enviar un mensaje al Papa Francisco, ya que él también es Charlie ésta semana: sólo aceptamos que repiquen las campanas de Notre Dame si las tañen las femen”. No, era un bromista.

Si queréis escuchar mi crónica con Carlos Herrera este mañana, iba sobre éste asunto.