EN BUDAPEST

La Policía húngara usa gases lacrimógenos en una protesta contra la ley laboral

Una protesta en Budapest por la aprobación parlamentaria de una polémica ley laboral terminó esta madrugada con enfrentamientos entre unos 1.000 manifestantes y la policía local que los reprimió con gases lacrimógenos.

ondacero.es

Madrid |

La Policía húngara usa gases lacrimógenos en una protesta contra la ley laboral
La Policía húngara usa gases lacrimógenos en una protesta contra la ley laboral | EFE

La manifestación se produjo después de que la mayoría de dos tercios del gobernante partido conservador nacionalista Fidesz aprobara en la Cámara una ley que prevé aumentar las horas extras permitidas de 250 hasta 400 por año. Desde allí,cientos de manifestantes marcharon hacia la sede del Fidesz, el partido del primer ministro, Viktor Orbán, donde la policía utilizó gases lacrimógenos contra un grupo de personas que quiso entrar en el edificio.

Los manifestantes, en su gran mayoría jóvenes, gritaban frases aludiendo a la aprobada ley, como "Vinimos a trabajar unas horas extras" o "Fuera Orbán". Posteriormente, la multitud ocupó por corto tiempo el Puente de las Cadenas, uno de los símbolos de Budapest, para después moverse de nuevo hacia la plaza Kossuth (ante el Parlamento).

Allí se registraron empujones entre policías y manifestantes, que también arrojaron diferentes objetos hacia las autoridades, y según informaciones oficiales cinco policías sufrieron heridas. Los policías respondieron usando gas lacrimógeno, mientras que los manifestantes, cada vez menos y más radicales, iniciaron una nueva marcha en el centro de Budapest quemando contenedores de basura y maceteros, que concluyó en la madrugada, cuando la policía registró a este último grupo, según informó "hvg".

Por el momento, no se ha informado oficialmente si hubo manifestantes que sufrieron heridas. La mayoría gubernamental aprobó la polémica ley a pesar de que diputados opositores trataron de impedir la votación ocupando el asiento del presidente de la Cámara, László Kövér, y haciendo sonar pitos y sirenas durante la votación.