Hollande, en una entrevista a la emisora "Europe 1", reconoció que en la lucha contra el paro "la batalla no está ganada" y no lo estará hasta que no se constaten varios meses seguidos de disminución del desempleo, en alusión a su promesa de invertir la curva de evolución del paro.
En cuanto al proyecto de reforma laboral que suscita huelgas y protestas desde hace más de dos meses, reconoció que "con una ley no hay que creerse que se crea empleo" pero "se va a dar visibilidad".
Y en cuanto a los que esperan su retirada, el presidente francés insistió en que "esta ley va a pasar" y en que no "(va) a ceder" porque ya "ha habido un compromiso" con "los sindicatos reformistas" y que cuenta con el respaldo de "la mayoría de los diputados socialistas".
"Ha habido demasiados gobiernos que han cedido", añadió.
En cuanto a las violencias que han proliferado al margen de algunas manifestaciones, Hollande señaló que "Francia es un país de libertades" y eso significa que "puede haber manifestaciones, se pueden ocupar plazas" pero la violencia "no puede quedar sin respuesta".
"Manifestarse es un derecho, pero destrozar es un delito", subrayó después de anunciar que las fuerzas del orden han recibido consignas, y entre otras cosas precisó que se expulsará a los extranjeros que participen en altercados, tras señalar que hay algunos europeos entre los grupos violentos.