La pareja, de 92 y 86 años, estuvo varias horas hablando con las camareras del bar mientras esperaba al hijo que nunca volvió. Las trabajadoras se percataron de que nadie iba a buscarlos y llamaron a la Policía que, desde la comisaría avisaron a otro de los hijos de la pareja que fue a recogerlos y los alojó en su casa.
"Estamos muy bien, dormí mejor en esta cama que en la matrimonial, ¿por qué será?", dijo la mujer después de haber pasado la noche en casa de su otro hijo. La pareja se encuentra bien, pero ahora su preocupación es encontrar dónde vivir y recuperar sus pertenencias.
"Queremos poder volver a estar juntos bajo un mismo techo, como debe ser. Y pagar un alquiler. Yo no tengo propiedades, alquilaba ahí. No puedo ir a comprar una casa, es imposible, no tenemos con qué. Somos los dos jubilados y gastamos poquito, un poco en remedios, pero felizmente somos sanos los dos. Pero tenemos que subsistir", afirma la pareja.