Una de las encargadas de hacer llegar a los espectadores conductas y actitudes adecuadas ante ciertas enfermedades o comportamientos es la Hollywood Health & Society. Como comentamos en la sección de cada viernes en La Brújula con Carlos Alsina, En Serio Te Lo Digo, esta asociación se encarga de proporcionar a guionistas, creadores, productores y demás profesionales de la industria del entretenimiento la información más precisa y adecuada para la creación de contenidos y tramas relacionados con la salud. Y fue la asociación la que propuso el estudio de los efectos de la televisión ante la donación de órganos, en un artículo titulado “The Power of Narrativas: The Effect of Entertainment Television Organ Donation Storylines on The Attitudes, knowledge and Behaviors of Donors and Nondonors”.
Los resultados de este estudio, además de demostrar que ciertos comportamientos se asimilan mejor cuando se ven en la televisión que cuando te paran en la calle para contártelo o te envían información a tu correo, también son aplicables a otros ámbitos de la salud, como pueda ser el tabaquismo, la drogadicción o el alcoholismo. Aunque desgraciadamente también son aplicables en sentido contrario, y nos llevan a preguntarnos cuánto de los comportamientos poco correctos que vemos en una serie de televisión es asimilado por los espectadores como aceptable o plausible “porque lo han visto en la televisión.”