He visto a un Barcelona impotente contra la muralla inglesa muchos minutos con 10 jugadores por expulsión de Terry. Superado por la mala suerte de los 5 palos en los dos partidos. Abandonado por su Mesías, que se ha quedado en Leo fallando un penalti que pudo ser decisivo. No ha aparecido cuando más se le esperaba. Y eso lo nota mucho el Barcelona. ¡Cómo no lo va a notar!
Y eso que el partido marchaba por cauces positivos para los azulgrana. Colocaban el 2 a 0 gracias a Busquets e Iniesta. Antes del final de la primera parte recortaba Ramires, pero no era para preocuparse porque además el Chelsea se quedaba con 10 cuando el árbitro pillaba a Terry agrediendo a Alexis. En esas circunstancias al Chelsea no le quedaba más remedio que endurecer su idea defensiva más todavía. Ni antifútbol, ni historias. No nos gustará, pero también es fútbol. Que yo sepa, no han jugado con las manos, ni con nada antirreglamentario. Demostrado queda que por mucho que superes a tu rival en la posesión se necesita algo más. La suerte se puso del lado inglés, pero no olvidemos que el Barcelona siguió espeso.
Digo siguió porque se ha completado una SEMANA NEGRA para los azulgrana. En tres días, primero se les ha esfumado la liga y ahora el otro título grande de la temporada, la Champions.
Nos queda la esperanza del Real Madrid mañana. Aprendamos que no siempre gana quien más nos gusta como juega. Eso ha ocurrido con el Chelsea que se planta en la final con bajas muy importantes. No estarán en Munich el expulsado Terry, ni los amonestados Ramires, Ivanovic y Meireles.
Confiaba en que la final sería española. Se ha caído el Barça. Me gusta más, mucho más, su propuesta, pero no ha sido mejor que el Chelsea simplemente porque no ha conseguido ganarle en dos partidos.
Por cierto que el gran susto al margen de la eliminación nos lo ha dado Piqué que se ha marchado conmocionado por un golpe en la cabeza de su compañero Valdés. Se le han llevado al hospital y allí pasará la noche en observación aunque no parece que sea nada grave.