Un tigre, Falcao, se ha encargado de reventar el partido inventándose dos zurdazos escandalosos. Antes de pegarla tiró de maniobras espectaculares para retratar a un Amorebieta muy desdibujado. No ha sido el único. El Athletic no ha estado al nivel esperado. Muy pronto Falcao les puso la cuesta muy hacia arriba. En ningún momento dieron la impresión de poder competir. Enfrente estaba un Atlético que ha sabido jugar la final con mucho oficio. Seguridad defensiva con un Miranda excepcional. Buen control de un centro del campo a la española con Gabi y Mario Suárez. El arte de un jugón como Diego que se ha encargado de cerrar el partido. Y la definición de un delantero puro como Radamel Falcao que repite título y pichichi en la Liga Europa.
Un dato brutal no deja ninguna sobre que el Atlético ha sido el mejor en esta UEFA. Se lleva la Copa tras doce victorias seguidas algo que nunca se había conseguido en ninguna competición europea. Con eso está dicho todo. Merecido título que gana por segunda vez en tres años. Todavía estaba reciente el recuerdo de la final de Hamburgo y Neptuno vuelve a ser el lugar de reunión de una afición atlética entregada con su equipo.
La alegría atlética que contrasta con las lágrimas que hemos visto en los aficionados y jugadores del Athletic. Inconsolables hombres como Toquero, Ibai Gómez o Muniaín que no paraban de llorar.
Vamos a estar en el Estadio Nacional de Bucarest con campeones y vencidos. Todos héroes de una final a la española seguida en todo el mundo.