Cáritas Diocesana de Mérida-Badajoz ha comenzado a dar los primeros pasos en el proyecto de implementación de la metodología del Plan Vital de Inclusión Social, con el que se pretende mejorar la calidad de vida de la ciudadanía, fundamentalmente de mujeres entre 18 y 45 años, con personas dependientes a cargo o hijos menores, perceptoras del Ingreso Mínimo Vital (IMV) o Renta Extremeña Garantizada (REG).
En concreto, según explica Cáritas en nota de prensa, este proyecto se llevará a cabo mediante el diseño y desarrollo de itinerarios de inclusión social y laboral, con enfoques centrados en la persona y participación comunitaria permitiendo su inserción definitiva.
Cabe destacar que este proyecto se enmarca en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, una iniciativa conjunta del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, la Consejería de Sanidad y Servicios Sociales, Universidad de Extremadura y Cáritas Diocesana Mérida Badajoz.
Concretamente, el objetivo del plan vital es "crear un enfoque personalizado para cada persona dentro de grupo tratamiento", y que estará diseñado específicamente según las necesidades individuales de cada participante y abarcará diversas áreas importantes, como salud, vivienda, educación, empleo, accesibilidad y soluciones energéticas.
Las actuaciones del proyecto se desarrollarán dentro del ámbito territorial de la diócesis de Mérida-Badajoz, en las localidades incluidas en las áreas de salud de Badajoz y Llerena-Zafra del Servicio Extremeño de Salud, dependiente de la Consejería de Sanidad y Servicios Sociales.
Unidos a este proyecto, desde Cáritas Diocesana Mérida Badajoz sigue "apostando por la justicia social, implementando programas que promueven el reconocimiento y la defensa de los derechos de los más débiles", tras lo que señala que la atención integral de las personas más vulnerables requiere de un conjunto de políticas públicas que "garanticen su derecho a la plena inclusión social y laboral".