Hoy con Leleman venía pensando en… lo de Rubiales. Sí, eso de que el Valencia es uno de los equipos que peor le caen.
Está claro que no podemos caerle bien a todos. Y más cuando el Valencia ha estado peleando, no hace mucho tiempo, codo con codo con los grandes del fútbol español. A principios de siglo, el Valencia caía fatal al Real Madrid y Barcelona porque les arrebataba los títulos. Y eso, no lo vamos a negar, molaba.
Pero que el Presidente de la Real Federación Española, el jefe del fútbol español, reconozca que hay equipos, tres, que le caen mal me parece gravísimo. Y os voy a explicar porqué.
Rubiales como cualquier persona puede tener sus filias y sus fobias, pero como presidente de la Federación Española no solo no puede ni debe reconocerlas, ya sea en público o en privado, sino que debe hacer el ejercicio de hacerlas desaparecer. Porque de o contrario comienzan las suspicacias.
Yo siempre he mantenido, y lo voy a seguir haciendo, que no existen campañas arbitrales o de quien sea en contra del Valencia. Creer lo contrario sería dejar de creer en el fútbol. Pero este tipo de informaciones ayudan poco. Hoy puedo llegar a entender a aquellos que ven la mano negra detrás de la sanción de cuatro partidos a Gayá o de cualquier circunstancia en la que el Valencia haya sido perjudicado por los árbitros, esos que dependen de la Federación de la que su presidente admite que el Valencia le cae mal y habla de manera despectiva. Incluso que cada vez que haya una decisión en contra de los valencianistas se acuerden de estos whatsapps para encontrarle explicación. Porque como dice la famosa frase: “La mujer del César además de serlo, debe parecerlo”. Y aquí, que queréis que os diga, no lo parece…