Hoy con Leleman venía pensando en… la desproporcionada e injusta sanción a José Luís Gayá.
Siempre he defendido la limpieza de la competición. No creo en corrupciones ni en campañas orquestadas contra equipos ni en manos negras. Entre otras cosas porque si creyera que existen dejaría de creer en el fútbol. Tal vez sea ingenuo pero es lo que pienso.
No obstante la desproporcionada sanción de cuatro partidos a Gayá y más viendo los precedentes similares en los que no hubo sanción me hacen dudar. ¿Por qué Gayá si y Aspas no? ¿Por qué Gayá sí y Piqué no? ¿Por qué Gayá si y Pellegrini no? En todos esos casos el comité de integridad de la federación denunció y en todos el de Competición, organismo que depende de la Federación, los dejó sin sanción.
Por eso entiendo a quien sospeche que la famosa denuncia contra la Federación le esté pasando factura al Valencia. Meterle cuatro partidos a un futbolista por aquello que dijo después del partido ante Osasuna es injusto si se compara con el resto. Y es desproporcionado porque puede suponer que Gayá se pierda el Mundial con España. Entiendo perfectamente la fustración, decepción e indignación del propio Gayá.
Luego está eso del peso que pueda tener o no el Valencia en la Federación. Al margen de la denuncia, los años de Murthy en la presidencia han llevado al club a dejar de ser respetado en según que organismos. Y si además pasas a cuchillo, con despidos, a aquellos que se encargaban de mantener esas relaciones con la Federación Española, aún más. Porque primero fue Competición, más tarde Apelación y ayer el TAD, que no pertenece a la Federación, quienes ratificaron la sanción. Mi pregunta es ¿Cómo se puede perder un recurso habiendo tantos precedentes? No lo entiendo, la verdad… o tal vez no quiera entenderlo…