Los días pasan y al Levante UD se le acaba el plazo para cerrar ventas y poder así no sólo inscribir a los jugadores que todavía no pueden jugar con el equipo, además le valdría para cuadrar unos números, que siguen en rojo oscuro.
El director deportivo del club, sigue andando sobre la fina línea entre vender y hacer un equipo que pueda aspirar a estar en playoff con un presupuesto reducido a la mínima expresión.
Pablo Martínez, al margen
Las miradas del conjunto granota se dirigen hacia el Reino Unido, concretamente a Liverpool,en espera de que el Valencia acepte la oferta por Mamardashvili y entonces sí, el club vecino pueda poner negro sobre blanco una oferta que satisfaga a todas las partes.
Es una cuestión económica porque si a mí me preguntan, no quiero que se vaya Pablo
En lo deportivo, Julián Calero querría quedarse con el jugador, pero los números mandan.
Preguntado sobre la continuidad del madrileño, reconoció que se trata de "una cuestión económica porque si a mí me preguntan, no quiero que se vaya Pablo. En la vida siempre hay que tener esperanza. Mientras no me digan que no es jugador nuestro, sigo confiando en que pueda quedarse", aunque todo apunta a su salida.
Kochorashvili, a la espera
Renovado el gerogiano hasta 2027 en un un gran movimiento del Levante, la intención es que su venta sirviese para cuadrar cuentas, sin embargo, y pese al interés de equipos ingleses por el jugador, no hay nada en firme.
De hecho, todo apunta a que la más que probable salida de Pablo Martínez, le apuntale en el centro del campo como hombre referencia junto a Vicente Iborra, cuando esté listo y el club lo pueda inscribir.