Si la mitad de los nombres que me están llegando vienen al Elche, la próxima temporada será histórica. No tengo pruebas pero tampoco dudas. Lo mejor del fútbol es, con diferencia, cuando no hay fútbol. De junio a mediados de agosto nadie falla en las marcas, no hay salidas en falso y todo el mundo es generoso en las coberturas. Es lo que tiene el verano. No hay próximo partido ni sanciones, solo existe el aquí y el ahora. En verano sólo hay que disfrutar el camino sin importar a dónde te lleve.
En la “temporada de los récords” en Segunda, Fran Escribá solía decir que el mejor partido estaba siempre por venir. No sabemos si se refería al de Valdebebas. O tal vez al de Villarreal. Es difícil saberlo en una temporada en la que fuimos líderes desde la primera hasta la última jornada. En cualquier caso, creo que Escribá intentaba hacernos ver que había que disfrutar cada paso de ese trayecto hacia Primera División.
En todos mis años de colegio, en el Francesc Cantó, tuve en mi pasillo un mural que decía “…caminante no hay camino, se hace camino al andar”. En ese momento no supe qué quería decir Antonio Machado con esos versos, pero ahora tengo claro que se refería a esos pesados que creen en el destino y que tenían preparada una preciosa historia que contar sobre el Elche, el karma y Pacheta. Se la tendrán que comer (la historia) en su cueva, con patatas.
No hay destino, el destino es el viaje que haces cada día. El partido es lo de menos comparado con sus expectativas, su preparación y sus consecuencias. De hecho, hay pocos acontecimientos que sean mejores que su antes y su después. Que su camino y su balance. Lo supo Ulises tras sus viajes en la Odisea, lo sabía El Principito (“si vienes a las cuatro de la tarde, a partir de las tres empezaré a ser feliz”) e incluso el gato de Alicia en el país de las maravillas (“si no sabes a dónde vas, cualquier camino te llevará allí”).
El destino da igual si no disfrutas y aprendes en el camino. Por eso no valoramos lo que conseguimos sin esfuerzo. El verdadero valor de una casa es todo lo que te ha costado conseguirla. Igual que lo mejor de viajar mucho es que vuelves muchas veces a casa. Siempre es el antes y el después.
Y ya lo tenemos aquí, el antes y el después del fútbol, el verano. Nada malo le puede pasar a tu equipo en verano. Nadie equivocará la cobertura, nadie fallará un gol cantado. Y a poco que vengan la mitad de los nombres que están sonando… disfruta, que va a ser un verano de Primera.
José Manuel Noguera es profesor de Periodismo en la UCAM