Sucesos

La Guardia Civil de Novelda y Policía Nacional de Elche desarticulan un grupo especializado en el robo a turistas en áreas de descanso de la A-7 en la Comunitat y Murcia

Tres de los cuatro detenidos fueron arrestados el pasado año por hechos idénticos y tras salir de prisión recuperaron la actividad el pasado mes de mayo

David Alberola García

Elche |

Agentes de la Guardia Civil y la Policía Nacional. | Ministerio del Interior

Una operación conjunta en la que ha participado la Guardia Civil de Novelda y la Policía Nacional de Elche ha desarticulado una organización dedicada a cometer robos en áreas de descanso de la A-7, preferentemente a turistas extranjeros.

La investigación, que ha estado coordinada entre los puestos de Novelda y Santomera y la Policía Nacional ilicitana, se inició tras numerosas denuncias durante el verano por delitos contra el patrimonio en las áreas de servicio de la autovía a lo largo de las provincias de la Comunitat Valenciana y de la Región de Murcia.

En la operación han sido detenidas cuatro hombres de nacionalidad rumana.

Con la operación se han esclarecido 39 delitos: cinco robos con violencia, nueve robos con fuerza y hasta 25 hurtos.

En noviembre del pasado año, la Guardia Civil de Novelda instruyó diligencias contra tres de los autores en una operación similar por el mismo tipo de robos. Estos hombres ya fueron encarcelados entonces y, tan pronto como salieron en libertad, retomaron la actividad delictiva el pasado mes de mayo. En la investigación del año pasado se les imputó casi un centenar de delitos.

El grupo desarticulado elegía preferentemente a personas extranjeras como víctimas, aprovechando su mayor vulnerabilidad al estar en otro país y desconocer el idioma.

Los miembros de la organización tenían repartidas sus funciones y así algunos se encargaban de realizar los robos mientras otros eran los encargados de la logística, que principalmente consistía en conseguir vehículos para desplazarse por la A-7 y buscar víctimas. Esos coches eran principalmente alquilados, con documentación de compatriotas que no estaban en España, o directamente falsificada para dificultar la investigación.

Los ladrones actuaban con peligrosidad y no dudaban en huir a gran velocidad tras cometer los delitos, llegando a circular en sentido contrario o incluso a embestir a los vehículos policiales que trataban de darles el alto.