Muertos Club de Fútbol
El Elche necesita un resucitador. O un exorcista. El partido en Mallorca dejó clara dos cosas: Vicente Mir no era el único problema en la mala imagen que venía dando el equipo en las últimas jornadas y el experimento de Acciari durante una semana para pensar con tranquilidad en el sustituto no ha salido bien.
Tras una destitución es el momento de analizar si un club necesita a un entrenador que mejore la táctica del equipo o a uno que les haga cambiar el chip psicológico y meta un chute de moral en vena a la plantilla. Lo malo para el Elche es que, a día de hoy, parece necesitar las dos cosas.
El equipo goleador de inicio de campaña ha mutado en una escuadra vulgar, anodina y sin peligro en ataque. La racha de tres partidos sin ver puerta sería preocupante si no llevara el añadido de que ante Mallorca, Formentera y Villarreal B cuesta recordar alguna ocasión de peligro franjiverde. La situación es aterradora y es momento de dejar de echar balones fuera, sentarse con los mismos jugadores que promediaban más de 3 goles por partido hace pocas fechas y analizar qué ocurre y cómo se puede solucionar el problema.
La imagen del Elche en Palma de Mallorca volvió a ser paupérrima, en un día marcado en el calendario desde inicio de temporada como el duelo por el trono del grupo 3 de Segunda B. En esta jungla, el Mallorca es un león y el Elche no pasa más que por un gato malherido. En la primera parte, el león y el gato se tantearon, pero al primero le bastó con enseñar un par de veces sus garras en los primeros instantes del segundo tiempo para comerse a su presa.
No es excusa el varapalo del penalti, la expulsión y el 1-0 para justificar la imagen del Elche durante 45 minutos. Por cierto, penalti sí, expulsión jamás. El equipo no tuvo reacción táctica ni psicológica al golpe y tuvo la suerte de que el Mallorca no quisiese hacer más sangre tras el 2-0. No hubo goleada, que quizás es lo mejor que le podría haber ocurrido al Elche para reconocer los graves problemas que tiene en estos momentos sin la excusa fácil de ampararse en el arbitraje.
Acciari no es culpable de nada más que de verse favorecido por una destitución no planeada. Ni siquiera pudo sentarse en el banquillo, al estar sancionado por una expulsión con un filial al que tiene en la zona baja de Tercera. Eso sí, su decisión más destacada fue la de sacrificar a un delantero por un pivote y no funcionó. Cuesta ver a Nino como única referencia arriba a su edad y duele aún más tener que verle discutir y encararse con los rivales en Segunda B. Con el partido perdido y muchos compañeros desconectados, esa fue la imagen más triste del día.
Borrón y cuenta nueva. Es momento para ello en el Elche. Aunque Diego García apuntó a la conclusión del choque que podría seguir Acciari si no les convencía ningún técnico, cuesta creer en esta apuesta. Además, acto seguido se medio desmintió apuntando que le gustaría que el nuevo entrenador estuviese el lunes ya al mando. Nada es descartable en este Elche, pero está claro que el equipo necesita aire fresco, orden e ilusión, no sé si en esa escala de valores. Ahora mismo están muertos y el entrenador que venga debe ser consciente de que tiene trabajo por delante. Ahora mismo lo más preocupante no es la clasificación y sí la sensación de que acabar entre el segundo y el cuarto en junio cada vez es más incierta.