Ha sido el Grupo Municipal de Ilicitanos por Elche el que ha hecho público lo ocurrido la última noche del pasado año en una cafetería de Torrellano. Según ha desvelado el portavoz adjunto de la formación política, Fernando Durá, citando lo recogido en el parte policial de la actuación, los agentes constataron que el establecimiento tenía licencia para cafetería sin música y un aforo máximo de 73 personas. Sin embargo, en el lugar había unas 150 personas, según los agentes, una zona desde la que una persona pinchaba música y una área de baile improvisaba al haberse apartado las mesas y sillas de la cafetería.
Durá ha afirmado que, según lo recogido en el informe policial, cuando los agentes realizaban su tarea se acercó Mireia Mollà, concejala de Turismo y Relaciones Institucionales, tratando de mediar para que “se obviara” las presuntas irregularidades que se estaban produciendo. El parte referido por Ilicitanos por Elche recoge que Mollà llegó a llamar por teléfono al jefe de la Policía Local sugiriéndole también la posibilidad de dejar sin efecto la actuación que se estaba llevando a cabo.
“Hice lo que que tocaba”
La edil de Turismo de Elche ha afirmado que se dirigió al local a instancia de vecinos de la zona que le comunicaron que existía algún problema en el mismo. Ha considerado que era “su obligación” acercarse después de ser alertada por los vecinos y ha defendido que lo que hizo fue trasladar a los agentes de la Policía Local que se valorara la cantidad de gente que había allí a la hora de proceder a realizar la actuación que correspondiera: “Llamé al jefe de la Policía Local para poner en su conocimiento lo que estaba ocurriendo”, ha apuntado Mireia Mollà que ha apostillado que “creo que hice lo que tocaba”. “El jefe de la Policía Local decidió desplazar al lugar al Jefe de Servicio y éste valoró que el local bajara la música y fuese comunicando a las personas presentes que iba a cerrar en un tiempo determinado”, ha concluido Mollà.