El fallecido era ingeniero de caminos, tenía 70 años y había trabajado en Telefónica.
Su cuerpo apareció el pasado miércoles en su domicilio cuando un grupo de personas pretendía ocupar la vivienda y los vecinos llamaron a la policía para evitarlo.
La casa estaba llena de basura. Según publica El Mundo, tenía síndrome de Diógenes. No estaba casado y tampoco tenía hijos y sí tenía un chalé en la sierra donde los vecinos pensaban que se había marchado a vivir.
Fue una sobrina del fallecido quien confirmó que no se encontraba en esa segunda vivienda