Para medir la presión arterial, se tienen en cuenta dos valores, uno máximo que es la presión sistólica y se mide durante el latido de corazón, cuando la presión es máxima y otro mínimo, la presión diastólica, que se mide con el corazón en reposo entre latidos, cuando es mínima. Los valores normales de tensión arterial suelen situarse entre los 120 mmHg (milímetros de mercurio) de máxima y los 80 mmHg de mínima. Por encima, ya se habla de presión alta y de hipertensión. Y, por debajo de 90 mmHg de tensión sistólica, hablamos de hipotensión.
Los expertos de www.dosfarma.com, la farmacia online española líder del mercado, explican que hay personas que pueden tener valores bajos de tensión arterial sin sufrir ninguna molestia. Sin embargo, cuando se produce una caída brusca de la tensión, pueden aparecer mareos, desorientación y desmayos. La hipotensión se puede producir por motivos muy diversos. Sus expertos nos muestran algunos de los más frecuentes:
1. Causas genéticas
Tener hipotensión por motivos genéticos es más frecuente entre las mujeres y las personas delgadas.
2. Pérdidas bruscas de sangre
Si hay una lesión que produzca una bajada en el nivel de sangre, caerá la presión arterial. Al haber menos sangre circulando por las arterias, esta generará menos fuerza. Además, las pérdidas grandes de sangre pueden producir anemia, una condición que hace que la sangre tenga menos glóbulos rojos de lo normal. En ese caso, se produce una caída en la cantidad de hierro, el nutriente necesario para fabricar glóbulos rojos.
Este es otro de los motivos por los que las mujeres son más propensas a la hipotensión que los hombres. En la menstruación, se pierde gran cantidad de sangre, de forma lenta pero durante varios días, lo que produce una caída en el nivel de hierro y en la tensión.
3. Levantarnos muy rápido
En este caso, se denomina hipotensión ortostática o postural. Ocurre cuando nos incorporamos después de haber estado bastante tiempo sentados o tumbados. Puede producir mareos, visión borrosa o desorientación. Esto se debe a que, al cambiar de posición, la sangre se acumula en las piernas y el abdomen, lo que reduce la cantidad que vuelve al corazón. Por lo general, se trata de molestias que no duran más que unos segundos.
4. Deshidratación
La sangre contiene una gran cantidad de agua. Si no se mantiene un nivel adecuado de líquidos en el cuerpo, disminuye el volumen de sangre.
5. Alcohol
El alcohol, aunque sea un líquido, favorece la deshidratación. Las bebidas alcohólicas afectan a la producción de la hormona antidiurética o ADH, que interviene en el equilibrio de los líquidos del cuerpo. Esta hormona controla la cantidad de agua que reabsorben los riñones. Sin embargo, el alcohol bloquea la ADH, por lo que el agua no se reabsorbe y se elimina más a través de la orina.
6. Comidas copiosas
Después de comer, la sangre viaja hasta el aparato digestivo para ayudar en la digestión, con lo que se reduce la cantidad en el resto del cuerpo y cae la presión.
7. Infecciones generalizadas por el cuerpo: shock séptico
Cuando se produce una infección grave, las bacterias dejan la zona infectada y entran en el flujo sanguíneo, pudiendo causar daño tisular y disminuir la presión arterial. En este caso, el descenso es muy severo y puede ser mortal. Hay diversos factores de riesgo de sufrir un shock séptico, como tener diabetes, leucemia o haber recibido un trasplante recientemente.
8. Ciertas enfermedades
Las personas con insuficiencia cardíaca, diabetes, pericarditis, hipotiroidismo o arritmias cardiacas son más propensas a la hipotensión. También una reacción alérgica grave puede provocar una bajada peligrosa.
9. Algunos medicamentos
La ingesta de ciertas medicinas puede afectar a los niveles de presión arterial. Es el caso, por ejemplo, de los ansiolíticos o diuréticos.
10. Embarazo
El sistema circulatorio se va expandiendo durante la gestación, lo que puede provocar una caída de la tensión arterial. No obstante, se recuperan los niveles habituales después del parto.
11. Levantarse despacio
Si es posible, es mejor no pasar mucho tiempo en posición horizontal; por ejemplo, se puede dormir la siesta con una almohada bastante alta, para incorporarse con menos esfuerzo.
12. Beber líquidos con frecuencia
En verano, la deshidratación es la causa de bajadas de tensión que más hay que controlar. Las altas temperaturas aumentan la sudoración y hacen que se elimine una mayor cantidad de líquidos, que se deben reponer. Asimismo, el calor puede dilatar los vasos sanguíneos, lo que hace que la sangre no ejerza tanta fuerza al pasar a través de las arterias.
13. Comer poco y cada pocas horas
Las vacaciones suelen ir acompañadas de comidas copiosas. Nos reunimos con familiares y amigos, salimos a cenar a restaurantes o bufets... Sin embargo, una digestión pesada obliga a desplazar más sangre al aparato digestivo, por lo que es mejor opción tomar pequeñas raciones y con cierta regularidad.
14. Tomar alimentos que ayuden a subir la tensión
Es muy importante no superar los 5 g diarios recomendados de sal. Aunque sirva para subir la tensión, también puede tener efectos nocivos en grandes cantidades, como la retención de líquidos.
Así pues, cualquier alimento en salmuera, como los encurtidos, puede ayudar, así como el jamón o las anchoas. También el regaliz es un alimento adecuado y se puede tomar en infusiones, por ejemplo. Pueden ser snacks perfectos para picar entre horas o ayudar a reponer líquidos. En cuanto al café, se ha demostrado que su efecto para subir la tensión dura apenas unos minutos. Solo produce un pico que cae rápidamente, por lo que es un remedio de muy corto plazo.
15. No tomar alcohol
Las bebidas alcohólicas disminuyen la tensión arterial hasta 12 horas después de su ingesta y, como hemos mencionado anteriormente, inhiben la acción de la hormona antidiurética y hace que entren más ganas de orinar. Por ello, hay que vigilar la combinación de altas temperaturas y bebidas alcohólicas, muy típica de las vacaciones de verano.
16. Evitar las horas de mayor calor
Las altas temperaturas favorecen la sudoración excesiva y la pérdida de líquidos. Por eso, es importante evitar cualquier actividad física intensa o estar al aire libre entre las 12:00 y las 17:00 horas. Igualmente, es mejor no utilizar saunas ni darse duchas muy calientes.
17. Si se notan los primeros síntomas, poner las piernas en alto
Cuando comiencen a aparecer las señales de una bajada de tensión, hay que elevar las piernas para favorecer que la sangre de la parte inferior llegue rápidamente al corazón.