El presunto asesino de Sacramento Roca, Rafael Pantoja, ha sido condenado a cuatro años de cárcel por coacciones y acoso en el marco de una denuncia que interpuso la propia Sacramento, cuatro días antes de que se materializase el crimen, que tuvo lugar el 16 de noviembre de 2018, cuando estaba trabajando en una tienda de muebles de Palma.
En el juicio, que ha tenido lugar este martes, las partes implicadas --Fiscalía, acusaciones y defensa-- han llegado a un acuerdo de conformidad por el que Pantoja ha aceptado una pena de dos años de cárcel por un delito de coacciones graves y otros dos años por un delito de acoso.
Por su parte, la Fiscalía pedía dos años de cárcel. La acusación particular ejercida por la letrada Tania Siquier, entre otros abogados de oficio, demandaban siete. Finalmente, entre todos se han acordado estas penas, que son las máximas para este tipo de delitos, y se ha descartado el delito de trato degradante. En la condena, se ha apreciado, asimismo, el agravante de parentesco.
El crimen ocurrió el 16 de noviembre de 2018 por la tarde. El acusado, que se encuentra en prisión preventiva, acuchilló varias veces a su expareja que se encontraba trabajando en la línea de cajas del establecimiento con un arma blanca, tipo machete, y después salió huyendo. Fue detenido en una calle cercana.
Después de ser detenido, la noche del crimen, Rafael Pantoja intentó autolesionarse en la celda de las dependencias policiales y tuvo que ser trasladado al Hospital Universitario de Son Espases. En el centro, rechazó declarar ante la Policía.
La víctima había presentado una denuncia por daños cuatro días antes del crimen, al encontrar las ruedas de su coche pinchadas. La mujer atribuía estos hechos a su expareja y afirmó sentirse acosada. Fruto de esta denuncia, Rafael Pantoja, ha sido condenado ahora a cuatro años de cárcel.
Además de este procedimiento que se acaba de cerrar, sigue abierta la causa por el asesinato en la que Pantoja está acusado por asesinato con alevosía y amenazas. En este procedimiento, la acusación popular --ejercida por la Abogacía de la Comunidad autónoma, como hace en todos los casos de crímenes machistas-- aprecia ensañamiento, y agravantes de parentesco y de género.