La delegada en Baleares de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), María José Guerrero, ha afirmado hoy que el final del verano y el otoño son los periodos en los que es más frecuente que se produzca algún tornado ("cap de fibló") en Baleares, como el que tuvo lugar en Lluc el pasado 12 de septiembre.
Guerrero ha explicado hoy en una rueda de prensa que los tornados se producen por inestabilidad atmosférica muy marcada, situación que suele darse en el Mediterráneo entre el final de verano y el otoño, como el pasado 12 de septiembre cuando las rachas de viento acompañadas de chubascos fuertes alcanzaron los 148 kilómetros por hora en Lluc.
Sucedió lo mismo el 30 de agosto en Calvià, donde las rachas de viento alcanzaron los 132 kilómetros por hora. Ambas tormentas fueron acompañadas por "caps de fibló" calificados como F1 según la escala Fujita, que clasifica los tornados entre los rangos F0 y F5 en función de la velocidad máxima que alcance y los daños producidos.
El tornado que afectó al Santuario de Lluc se calificó como daños moderados en la escala Fujita y obligó al desalojo de 150 personas y dejó tres personas heridas leves.
Guerrero ha señalado que con el paso de las perturbaciones otoñales se suelen producir vientos fuertes, que no hacen bajar demasiado las temperaturas, a diferencia de los vientos del nordeste, que sí suelen ir acompañados de un descenso importante de temperaturas. Los vientos del norte suelen afectar a Menorca y al nordeste de Mallorca.