El Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) trata anualmente una treintena de tumores infantiles con una tasa de supervivencia relativa que en 2023 se situó en torno al 82%. Estos datos son similares a los del último informe del Registro Nacional de Tumores Infantiles, que refleja una supervivencia del 85% a los tres años y del 82% a los cinco.
Por tipos, las leucemias, los linfomas y otras patologías hematológicas representan más de un tercio de los casos, seguidas por los tumores cerebrales, los que afectan al sistema nervioso, los renales y los óseos, según ha informado el Principado en nota de prensa este jueves.
El área de Hematología atiende los casos más habituales y en la última década ha practicado más de medio centenar de trasplantes de médula ósea en niños y adolescentes, con unos índices de curación "muy elevados".
Cada año, en Asturias se diagnostican tumores hematológicos malignos a 80 o 90 personas de todas las edades, que se someten después a un trasplante de médula. De ellas, entre 5 y 8 son niños y "ninguno precisa trasladarse fuera del Principado para recibir tratamiento de la más alta calidad".
La Unidad de Oncohematología Pediátrica efectúa todos los tipos de trasplante, un servicio que únicamente ofrecen una treintena de los cerca de 80 centros españoles que los practican. La unidad asume el tratamiento de los tumores infanto-juveniles de toda la comunidad, cumple las recomendaciones de la Estrategia en Cáncer en el Sistema Nacional de Salud y favorece una comunicación constante con otras unidades nacionales de referencia, a las que se remiten pacientes para cirugías complejas o que requieren un tratamiento muy específico.
En 2023 se creó el Comité Autonómico de Coordinación Asistencial del Cáncer Infantil y de la Adolescencia del Principado, lo que supuso un avance en la estrategia autonómica en cáncer infantojuvenil.
Con motivo del Día Mundial contra el Cáncer Infantil, que se celebra hoy, la Consejería de Salud ha valorado la importancia de los desafíos a los que se enfrentan los niños y jóvenes afectados por la enfermedad y sus familias y ha insistido en la necesidad de que todos los menores, independientemente del lugar en el que vivan, tengan acceso a un diagnóstico y un tratamiento adecuados.