El Equipo de Mujer del Ayuntamiento de Piloña, continúa con su proyecto “Doce Meses, Doce Mujeres” con el que pretende visibilizar, a lo largo del año, a mujeres importantes del concejo y del territorio. Ellas merecen este reconocimiento por alcanzar logros importantes en ámbitos como el social, político, cultural, artístico, científico... Algunas nunca vieron valorado su trabajo, otras mantienen su labor y compromiso a día de hoy.
Este mes de julio está dedicado a una política rural piloñesa, Benedicta Viesca, aún en activo, y para la que resulta fundamental un reconocimiento como es el de esta campaña.
La inauguración de la exposición dedicada a su persona y a su labor tuvo lugar estos días, convirtiéndose en un momento muy emocionante, tanto para Benedicta Viesca, como para su familia y compañeros. En el acto estuvo presente el alcalde del concejo, Ivan Allende, y las ediles Laura Gutierrez Naredo y Viri Iglesias, además de varios familiares.
Gran implicación social desde su juventud
Nació el 5 de enero de 1929, en el barrio de Ferrán, Espinaréu. Su padre era madreñero y su madre ama de casa. En su infancia fue poco a la escuela porque tenía que ayudar en casa cuidando el ganado. Con ocho años ya sabía ordeñar y segar.
El día que estalló la Guerra Civil Bendicta aprendió, por boca de su abuelo, que la guerra es combatir padres contra hijos, hijos contra padres. Fueron años de miedo pero según cuenta “la posguerra fue tan mala como la guerra”. Años de escasez y penurias en los que ella no recuerda pasar hambre pero sí mucha necesidad. Vivían del ganado y sembraban mucho, aprovechando para plantar todo el espacio disponible. Se dedicó toda la vida al campo “cavando a cortadera donde era pendiente y no se podía arar con les vaques” .
Siendo niña, un soldado la amenazó de muerte por llevar un vestido rojo, este episodio marcó su infancia y su vida. Tal vez por eso desde muy joven se volcó en el la defensa del progreso. Cuando tenía catorce años cayó en su poder un folleto, que compartió de forma clandestina con tres amigos, donde se hablaba del socialismo obrero español “Me quedó grabado aquello que ponía allí, era la forma de pensar mía”. Le hizo pensar porque hablaba de democracia que era lo que ella más defendía y deseaba.
En 1956 se casó con Antonio. Ella tenía 26 años y el 38. Ella era socialista y sin saberlo, su marido también.
Cuando se conocieron él era “machaquin” en la Peña Ferrán. Al principio Antonio siguió trabajando picando piedra pero poco a poco fue dejándolo para ayudar más con el trabajo de casa. Empezaron con 2 vacas de leche y llegaron a tener 24, por lo que decidieron hacerse socios de la Central Lechera.
En el año 60 compraron una radio a plazos y escuchaba en Radio Londres al socialista Tierno Galbán. Decidió afiliarse a su partido de la mano de Xuan Xosé Sanchez Vicente.
En la campaña electoral del 77, Benedicta fue candidata a diputada por Asturias, como representante del campo asturiano. Dio mítines en zonas rurales como Infiesto, Nava, Arriondas y Cangas de Onís y participó en el mitin que Tierno Galbán dio en la plaza de toros de Gijón, El PSP tuvo pocos votos en aquellas elecciones, lo que lo llevó a su integración en el PSOE. Antonio fue partícipe del asentamiento de este partido en Piloña.
Con 16 años, Antonio ya era secretario del Frente de las Juventudes Socialistas en Cárchel, (Jaén) su pueblo natal. Con 17, tras el Golpe de Estado de Franco, estuvo los tres años que duró la guerra defendiendo Madrid en el Jarama . Al finalizar la contienda lo llevaron preso en un campo de concentración en Extremadura cerca de tres años. De 14.000 personas que había allí volvieron a casa unas 4.000 . “Casi todas las noches llegaban camiones….”.
Que su marido hubiera vivido toda esta atrocidad también hizo que Benedicta nada más tuvo oportunidad, se involucrara poniendo su granito de arena para contribuir de forma positiva en la sociedad.
Aún en activo
Al marcarse políticamente hubo gente detractora que se cambiaba de acera y le negaba el saludo, simplemente por defender sus ideales. Esto no impidió que hasta día de hoy siga implicada en la política local, presentándose a todas las elecciones municipales.
Tuvieron una vida muy dura pero fue muy feliz junto a su marido, cuando él faltó se volcó en sus hijos y en sus nietos, que fueron su principal apoyo. “Ahora a los 92 años y después de superar el Covid-19, nunca había pensado llegar a esta edad, disfruto de mis tres hijos, seis nietos y cinco bisnietas, que me cuidan y me quieren”
El capitalismo, las libertades desiguales y la explotación laboral son algunas de las tareas que quedan pendientes para Benedicta. Desea que no haya más guerras, que traen miserias. Y haciendo balance de su vida dice sentirse “feliz y tranquila”.