Entre ellas, la prohibición de discotecas y pubs, del botellón y el cierre de bares y restaurantes a la una de la madrugada. El ministro de Sanidad, Salvador Illa, recomienda limitar los encuentros sociales fuera del grupo de convivencia estable y las reuniones que sean de un máximo de 10 personas. Además, pide que se asuman estas restricciones. Además, el ministerio ha fijado la obligación de realizar PCR en las residencias de ancianos a todas las personas que ingresen y también a los empleados que regresen de vacaciones.
Una de las medidas más polémica es la limitación de fumar en espacios públicos, ya que podría afectar a las terrazas, por eso, los propietarios de los bares temen nuevas pérdidas para el sector. Creen que este tipo de medidas que cuartan la libertad, deben estar respaldadas por una evidencia científica. El portavoz de bares y cafeterías, Jesús Laboreo, destaca que la hostelería cumple con las medidas sanitarias, a pesar de que se cargue contra el sector.