Algunos de ellos corresponden a decesos que se han incorporado ahora por retrasos en las notificaciones. El lado positivo es que no se han producido nuevos ingresos en la UCI y que el número de plazas libres en esas unidades es del 64%. En los centros residenciales de Aragón han muerto con coronavirus más de 570 personas mayores, la gran mayoría de las víctimas de la epidemia. El Gobierno aragonés reconoce errores en la gestión y algunos retrasos en la toma de decisiones o en el suministro de material de protección, pero también aciertos, como la creación de los centros intermedios, los refuerzos de personal o la intervención de aquellas residencias que no podían asumir, desde sus funciones asistenciales, tareas meramente sanitarias.