Las residencias aragonesas están a punto de superar la barrera de los 1.000 fallecidos. De momento, no se van a establecer nuevas limitaciones en estos centros. Se mantienen las visitas con cita previa y se permiten los paseos en el exterior solo si no hay brotes. Desde el Gobierno aragonés, dado que existe transmisión comunitaria del virus, piden a los empleados de las residencias que extremen las precauciones.
La consejera de Derechos Sociales, María Victoria Broto, señala que en esta tercera ola, la situación es menos grave. Los centros tienen planes de contingencias, equipos de protección y la sectorización es más eficaz. Además, se intensifica la coordinación con Salud Pública para mantener una actitud muy vigilante.