'Más de uno Marbella'. Jueves, 19 de abril de 2018.
El Pleno extraordinario desarrollado ayer en Marbella para aprobar la liquidación del Presupuesto Municipal de 2017 sirvió para presenciar un nuevo capítulo de cómo la retórica política puede hacer que un discurso y el contrario sean válidos; sean verdad. La lección es sencilla. La dieron PSOE y equipo de Gobierno, sobre todo el PP, enzarzados una vez más en una sesión plenaria. Se debatía en ella sobre las inversiones que se han proyectado con cargo a parte del superávit del Consistorio, esa fracción que el Gobierno central permite emplear en según qué cosas. ¿Qué hizo el PSOE? Cogió el mapa del municipio, redondeó las zonas del municipio en las que no habrá actuación alguna, las apiló y se las lanzó al Ejecutivo con el discurso de la poca atención que presta a los barrios. ¿Qué hizo el Ejecutivo? Subrayó con otro color los lugares en los que sí habrá remodelaciones, mejoras y similares, las juntó y de vuelta al otro lado del salón de plenos. Todo ello, acompañado de acusaciones de demagogia, oportunismo, desprecio por unos en beneficio de otros, etc. La sesión también sirvió para conocer que el Consistorio mantiene una deuda de unos 31 millones de euros con Hidralia, que forma parte de esa herencia de la época GIL. El debe se amortizará con parte del superávit acumulado.