Con media hora tuvo suficiente Leo Messi, que regresaba después de una lesión de dos meses, para demostrar su clase, puesto que anotó dos goles en dos minutos que cerraron el 4-0 de su equipo ante el Getafe y que abren la puerta del Barça a los cuartos de final de la Copa del Rey.
En un partido en el que hasta entonces había tenido a Cesc Fàbregas como protagonista absoluto y autor de los dos tantos, Messi apareció en escena para dinamitar el partido en los dos últimos minutos.
Salió a media hora del final y pareció reservarse, pero al final olió la sangre y no desaprovechó la ocasión. Marcó el 3-0 en una acción de oportunista, al recoger un rechace en el minuto 90 tras una jugada de Montoya, pero en el 4-0 demostró estar plenamente recuperado.
Recibió un pase al espacio de Song, y tuvo que regatear, fintar y cambiar el ritmo para batir a Codina en una jugada que tantas veces ha visto el Camp Nou en el pasado.
El Barça, que no se dejó nada pensando en el Calderón, había recuperado antiguas y buenas sensaciones durante buena parte del primer tiempo. Toque, gran circulación de balón y mucha presión.
Precisión y juego combinativo. Se gustó el Barça que mostró su mejor versión y ofreció detalles de antaño durante buena parte del primer tiempo en el que dominó a su rival. Dirigidos por Iniesta y Busquets y con el omnipresente Cesc campando a sus anchas por todo el flanco, los del 'Tata' Martino firmaron 35 minutos a un gran nivel, en los que participó en el juego de ataque los carrileros, especialmente Montoya y volvió a destacar la pareja de delanteros Pedro y Alexis.
Sin Neymar, baja de última hora a causa de una gastroenteritis, ni Messi, que no salió de inicio, el once que salió de inicio se reivindicó y cada uno de los elementos saltó al césped pensando en que tal vez Martino tuviera en cuenta su actuación con vistas al gran partido del próximo sábado en el Calderón.
Marcó pronto el Barça, un tanto de Cesc, que remató cruzado y de cabeza un gran centro desde la izquierda de Pedro en el minuto 8, y dispuso de unas cuentas ocasiones para incrementar su ventaja frente a un rival muy retrasado y que solo se desperezó en la recta final del primer tiempo. Se lució Busquets en la dirección y también el joven Sergi Roberto, pero sobre todo Iniesta.
Al manchego se le ve mucho mejor físicamente y lo demostró con su toque sutil, pero especialmente por sus elegantes eslalons y sus pases interiores, como antaño.
En las rápidas combinaciones, Cesc siempre fue protagonista, en el desmarque o en el pase, que buscó en muchas ocasiones a Alexis Sánchez. El chileno volvió a mostrarse explosivo, como el resto del equipo.
Incluso Pinto, habitual titular en los partidos de Copa, estuvo a gran nivel, puesto que salvó con una gran acción de reflejos en la que despejó un remate cercano de Juan Rodríguez en el minuto 32.
Al Barça sólo le falló marcar algún tanto más y cerrar mejor las jugadas a balón parado, donde el Getafe se sintió poderoso. Y en el segundo tiempo, el ritmo fue otro.
Siguió Cesc con su particular recital, pero la velocidad de ejecución fue menor y los madrileños se resguardaron más cerca de Codina. Fàbregas tuvo un par de ocasiones (50 y 58) antes de que el Getafe dispusiera de una buena oportunidad por medio de Sarabia (min.59) que solventó bien Pinto.
El 2-0 lo marcó Cesc de penalti, en una acción de Valera sobre Pedro. Entonces, a media hora para el final, entró Leo Messi por Iniesta y el tiempo pareció detenerse en el Camp Nou con el regreso del astro argentino dos meses después de su último partido. Pero Messi no forzó la máquina.
Intentó algún regate, algún cambio de ritmo, una gran pase sobre Pedro y un lanzamiento de falta en la recta final, pero después de dos meses sin jugar, parecía no arriesgar, pero nos engañó a todos.
Cuando moría el partido recogió un rechace en el área y batió a Codina (m.90) y en el tiempo añadido se midió en una carrera con la defensa madrileña y mostró que su lesión está plenamente olvidada. Esprintó, regateó y remató. Cerró el 4-0 y seguramente la eliminatoria. Messi regresó a lo grande.